Reforma Fiscal: subconsciente cantinflesco de una declaración

Reforma Fiscal: subconsciente cantinflesco de una declaración

Rueda De Prensa /El peligro de Continuar es peor que el peligro de olvidar/Guillermo Caram / en su residencia de Santo Domingo RD./Hoy/03-05-2012.Ana Mármol

Vacilaciones de funcionarios afian- zan temores, traumas y prejuicios

La reforma fiscal que urgente e imprescindiblemente necesita la nación no está siendo asumida con seriedad y consistencia debidas por parte de funcionarios, sino que está siendo tratada mediante cantinfladas impropias de su trascendencia.

(Cantinfladas son definidas por diccionarios como “hablar enredado…mucho sin decir nada…lenguaje rebuscado e incoherente…hablar de forma confusa o contradictoria…”).
Las vacilaciones, indefiniciones y confusiones sobre la reforma están mermando el clima de confianza en agentes económicos, tanto que puede llevar a inhibir la capacidad nacional de emprendimiento.

Recientemente un altísimo funcionario palaciego y del partido de Gobierno utilizó expresiones como: “el tema de los impuestos no es agradable…el país se encuentra atado…obligan al Gobierno a convocar un diálogo…debe ser integral”.
Además de resultar difícilmente entendible, estas expresiones reflejan subconscientemente rechazo a elementos positivos de esta reforma.

Al afirmar que “impuestos no son agradables” refleja subconscientemente que están pensando aumentar impuestos en lugar de reducir y simplificar el sistema como debería ser para hacer más fácil y fluidas las tributaciones y evitar que agentes económicos sean llevados a la informalidad conductora a evasión, subvaluaciones y contrabando.

Al confesar que el país se encuentra atado, admite implícitamente limitaciones para ejercer la soberanía y procurar el bienestar común como manda nuestra Constitución.

Al considerar el diálogo como una obligación refleja un desprecio conducente al desaprovechamiento de este instrumento como recurso para aunar y entusiasmar voluntades, mejorar calidad del gasto sin contratiempos sociales y diseñar sistemas tributarios con apoyo de agentes productivos. Un subconsciente que traiciona a funcionarios que han admitido, incluyéndose a sí mismo, como modelo de reforma integral, la de 1992 que rebajó aranceles y simplificó tributaciones.

La declaración de marras abona vacilaciones, indefiniciones y confusiones, previamente evidenciadas por funcionarios. Habían anunciado que la discusión del pacto que manda la ley para esta reforma, estaría supeditada al eléctrico, que poco tiene de pactado; tanto que llegó a cuestionarse ante nuestros tribunales.

Insinuando más impuestos refuerza la creencia de que la reforma sería como las emprendidas por todos los gobiernos anteriores del presente siglo, de implementarla mediante parchos fiscalistas; totalmente divorciado de la consigna del cambio enarbolada por presentes autoridades.

Alejando la reforma que necesitamos-animar economía para aumentar producción y generar mayores puestos de trabajo para, por vía de mayor producción, compras y ventas, aumentar recaudaciones- desaprovechamos oportunidades. Las vacilaciones y confusiones de funcionarios afianzan temores, traumas y prejuicios, en la ciudadanía que la reforma constituye un eufemismo para aumentar impuestos.

Mientras funcionarios dicen sí-pero no-y otros no-pero sí-incertidumbre va apoderándose de nuestros agentes productivos; inhibiendo producción y generación de puestos de trabajo en perjuicio de nuestra población.

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