Reforma fiscal tapa hoyos o desarrollista

Reforma fiscal tapa hoyos o desarrollista

POR PEDRO GAÑÁN
No es lo mismo poner impuestos que hacer una reforma fiscal. Por las propuestas que he visto hasta ahora, parece que se está tratando de poner impuestos, de tapar hoyos y para esto se está buscando el camino más fácil. Y el camino más fácil es poner impuestos al que paga y que sean de fácil recaudación, sin necesidad de mucha revisión, supervisión y control. Es poner impuestos sin mirar el lado de los gastos, sin querer economizar y hacer más eficiente el uso de los recursos del Estado.

Así vemos que se insiste con el tapa hoyos del 1.5%, elevándolo a 2.5% como impuesto mínimo sobre la renta, aplicable a las ventas. Esto suena como un trabalenguas pero es así. Se pretende que sea sobre las ganancias, pero se aplica a las ventas brutas. Se quiere seguir desconociendo que muchas empresas pierden dinero al inicio de sus operaciones como algo normal hasta que consiguen parte del mercado y que en circunstancias especiales también pierden dinero, aunque sigan vendiendo. O es un impuesto a las ventas (y para eso ya está el ITBIS) o es sobre las ganancias, la renta.

Una verdadera reforma tributaria debe ser un instrumento de desarrollo del país y por tanto estar enmarcada dentro del plan de desarrollo a largo plazo, si es que lo hay, y si no, debe hacerse primero.

Si el plan de desarrollo contempla, por ejemplo, convertirnos en una verdadera potencia turística, pues entonces el plan fiscal, la reforma tributaria debe reflejar este propósito y no castigar este sector, sino, por el contrario, incentivarlo.

Lo mismo con las áreas de los recursos naturales. Si queremos preservar las pocas áreas de vida que nos quedan, pues entonces incentivemos su conservación y protección.

Una reforma desarrollista que busque crear empleos, por ejemplo, grabaría menos a las empresas que generen más plazas de trabajo. Asimismo, si se quiere motivar la creación de empresas de limpieza, de seguridad, de salud, educativas, tecnológicas, industriales, de exportación, agrícolas y otras dentro del campo del verdadero desarrollo del país, veríamos una reforma tributaria que lo tome en cuenta.

Si queremos que las personas estudien más y jueguen menos, que se libere del pago de impuestos todo lo que sea educación y cultura y que se castigue más las empresas de juego y usura.

¿Queremos que más empresas se instalen en ciertas zonas, en el interior, en la frontera? pues que la REFORMA fiscal o tributaria lo refleje. Esto es así en países desarrollados donde vemos mayores o menores impuestos a las empresas y personas en diferentes estados o provincias, según el interés desarrollista de las autoridades. Y hemos visto que funciona.

Si tenemos problemas en el área energética y en el suministro de agua potable, ¿porqué no se incentivan estas áreas?

¿Queremos traerlo todo de fuera, importarlo todo o empezar a producir localmente? Puede la reforma fiscal ayudar en esto; pues claro que si.

Se demostró en nuestro país que los incentivos funcionan (como los que usan las naciones desarrolladas para proteger sus empresas y que han querido ser satanizados por algunos economistas del patio). El caso más claro es el de la industria turística y los hoteles, desarrollados mayormente con la derogada ley 178. El problema no son los incentivos, es la falta de supervisión para el uso adecuado de ellos.

¿Cómo es posible que un país que pretende proteger a sus ciudadanos para que se desarrollen, para que mejoren su nivel de vida, grabe la vivienda familiar? Desconociendo lo que dice la Constitución de la República que en su artículo 15 acápite b.

Nos preguntamos también ¿Queremos que la gente y los empresarios ahorren y vivan de intereses o crear las condiciones para que el dinero se invierta en negocios generadores de empleos, que produzcan para la exportación y para sustituir importaciones?. Si es lo primero, pues no graben los intereses y si es lo segundo, entonces pónganle un impuesto. En los países desarrollados generalmente no se incentiva el ahorro. Por eso las tasas de interés son muy bajas. ¿Cuál es el modelo que desarrollo económico y social que seguimos? Si alguien lo sabe, por favor, déjennoslo saber.

Es consabido y así lo establecen los textos, que los impuestos indirectos, como el ITBIS, donde todos pagan lo mismo sin importar lo que ganan, son los más injustos. Por el contrario, se entiende que los impuestos directos, como el Impuesto sobre la Renta, son los más justos, pues graba a cada cual en la medida en que gana. En consecuencia, proponer tapar hoyos fiscales mayormente aumentado los impuestos indirectos, castiga a los más pobres.

Es muy fácil tapar hoyos, grabar a los que siempre pagan y salir por la vía menos trabajosa. Lo difícil y por lo que el Estado debería pagar sus miles de dólares en asesoría, es hacer una reforma fiscal que nos permita crecer y desarrollarnos en el menor tiempo posible.

Que se explique al pueblo dominicano que objetivo de desarrollo se persigue con cada impuesto o modificación sugerida.

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