Reforma necesaria

Reforma necesaria

El arzobispo auxiliar de Santo Domingo, monseñor Francisco José Arnáiz, ha propuesto que los candidatos presidenciales de los partidos políticos expongan los planes concretos que han diseñado para solucionar los problemas que aquejan a los dominicanos. Su iniciativa la juzgamos tan atinada, que entendemos sería justo considerarla para formar parte de una futura reforma estructural en materias electoral y constitucional.

Desde la declaración de Independencia hasta nuestros días, el caudillismo sentó por norma de comportamiento general el que las masas siguieran a los hombres, no sus ideas, y que fuesen la voluntades particulares de éstos las que determinaran el estilo de gobernar y los medios para enfrentar las dificultades. Poco, por no decir nada, ha importado la planificación como instrumento por excelencia para encauzar el país hacia el progreso económico y social.

A treintidós días de las elecciones presidenciales, ningún candidato, ni siquiera el actual Presidente y aspirante a la reelección, ha expuesto al país su programa para enfrentar problemas tan agobiantes como el desempleo, la devaluación de la moneda, inestabilidad del mercado cambiario, inflación, alzas indiscriminadas de precios, inseguridad ciudadana, delincuencia, dificultades del mercado energético, degradación de los servicios de salud y corrupción.

[b]II[/b]

Quienes han promovido reformas, como las introducidas a la Constitución para instaurar la reelección, jamás han evidenciado intención por establecer reglas de ejercicio político que incluyan aspectos como la obligatoriedad de que los candidatos presidenciales y sus partidos expongan al país sus programas de gobierno.

Un país es una empresa altamente delicada, en la que ejercen influencias múltiples intereses. Su manejo ha de ser atinado y prudente, calificado y emprendedor, pulcro y transparente, basado en el contexto de las realidades sociales y políticas.

Gobernar no puede ser un experimento para gente sin noción clara de los problemas y los medios para solucionarlos.

A los electores dominicanos hay que desarraigarles la mala costumbre de seguir hombres por sus discursos y promesas, y enseñarlos a votar por propuestas viables y razonables, ajustadas al contexto de nuestras necesidades, posibilidades y capacidades.

Por eso consideramos que la propuesta de monseñor Arnáiz tiene mucho mérito y debe ser considerada como parte de futuras reformas institucionales que nos permitan conocer y manosear las ideas y planes de los candidatos y establecer, por medio del debate y el análisis, hasta dónde serían viables y convenientes. Ese tipo de reforma hay que hacerla, en tiempo prudente, pero cuanto antes mejor.

[b]Vocación terrorista[/b]

La violencia exhibida en la campaña electoral tiene entre sus componentes uno que denota una vocación terrorista altamente preocupante.

Al menos dos locales del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) han sido atacados con bombas incendiarias de manufactura rudimentaria, lo que constituye una expresión que encaja entre las más severamente castigadas por el Código Penal, y más en estos tiempos, por razones que huelga mencionar.

Esta conducta salvaje no es lo mejor que se puede exhibir como antagonismo contra el PRSC o cualquier otro partido, porque todo lo que se evidencia a través de la misma es pura vocación terrorista.

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