El 31 de octubre se conmemora en todo el mundo la Reforma Protestante que en 1517 hizo Martín Lutero en Alemania.

Sus famosas 95 tesis, colocadas en la puerta de la Universidad de Wittenberg, produjeron un impacto que cambió la configuración política-religiosa de Europa y gran parte del mundo. 

Para el 1541 la diferencia religiosa estableció un distanciamiento y una lucha entre la España católica y la Inglaterra y Holanda protestante. Estas diferencias se expresaron en las conquistas que hacían estas naciones. En el caso específico de la Hispaniola, la Iglesia Católica vio en el contrabando de alimentos con los corsarios y piratas algo mucho más preocupante, la influencia del protestantismo.

Los barcos que arribaban a la zona norte traían, también, Biblias que contenían los comentarios del doctor Lutero.

Esto llevó al arzobispo de Santo Domingo, Fray Nicolás Ramos, a escribir a la corona española indicando que si no se prestaba atención a este hecho, la isla iba en camino de perderse para los católicos.

Señaló que el tráfico de los vecinos con los ingleses y franceses herejes era tan intenso y tan lucrativo que nadie se guardaba las apariencias en el lado norte y que se había perdido todo respeto hacia la autoridad real y a la autoridad del Papa.

El informe produjo una reacción radical.

Se confiscaron unas 300 Biblias que fueron quemadas en Santo Domingo y se emitió una sentencia de excomunión contra todo el que tuviera alguna relación con los extranjeros.

También se prohibió totalmente leer la Biblia protestante.

Pero uno de los hechos más notables en este afán fueron las Devastaciones de Ozorio, en 1605.

En 1807 esta fe tuvo gran empuje con los negros de Estados Unidos. Hoy el protestantismo es vigoroso en el país y en América Latina.