Reforma y austeridad

Reforma y austeridad

LEONARDO DÍAZ JÁQUEZ
Desde que el presente gobierno asumió sus funciones, ha tenido una predilección por el aumento de los impuestos, con la premisa de que se hace necesario aumentar los ingresos del gobierno. En su discurso de toma de posesión, el señor Presidente dijo que para enfrentar la crisis «es imprescindible que el Congreso Nacional apruebe, en el plazo más breve posible, el proyecto de reforma fiscal que le ha sido sometido».

Al referirse a los que proponían una disminución de los impuestos como una manera de dinamizar la economía, el presidente Fernández dijo que no compartía esas ideas, pues el gobierno no podía elaborar su plan de acción «extrayendo sus ideas del mundo ficticio de Alicia en el País de las Maravillas, o del universo mágico de Harry Potter».

Para solucionar la crisis, la que aún atravesamos, el señor Presidente expresó que lo primero era recuperar la confianza y que entre las acciones a tomar «la más importante, tal vez, sea la de decretar… un período de austeridad».

«Esa austeridad significa poner todo el empeño para reducir en no menos de un 20 por ciento el gasto del Estado», para a seguidas referirse a la necesidad de reducir viáticos, dietas y de eliminar los gastos superfluos, así como los cargos públicos creados en exceso, ya sea por clientelismo o por duplicidad de funciones.

Pero sucede que el gobierno parece que solo ha puesto empeño en el aumento de sus ingresos, olvidándose desde el primer momento de la austeridad prometida, con la misma duplicidad de funciones (Procomunidad, ODC, INVI, Lotería Nacional, etc., una cantidad desconocida de subsecretarios de Estado, vicecónsules (tan solo en New York hay 27) y el empeño que ha puesto su gobierno en obras para las cuales ha designado nuevos funcionarios con rango de Secretario de Estado, obras que parecen extraídas del mundo ficticio o del universo mágico.

En todo el proceso de discusión de la reforma tributaria recién aprobada, los empresarios hicieron mucho hincapié en que era imprescindible que el gobierno, al igual como a ellos le pedían una cuota de sacrifico, actuara en consecuencia racionalizando y disminuyendo el gasto público, pero esa solicitud cayó en sacos rotos, a tal nivel, que ahora el gobierno pretende imponer nuevos impuestos por la vía administrativa, tal y como lo anunció el Secretario Técnico de la Presidencia. A tales declaraciones, la presidenta del Conep respondió solicitando que el gobierno redujera sus gastos en un 5%, para de esa manera compensar los ingresos a dejar de percibir.

Cuando existe una crisis, y nosotros aún estamos en ella, es necesario tomar las medidas de lugar para salir de la misma. En el aspecto macroeconómico, el gobierno ha tomado las acciones que han devuelto a la economía al sendero que había perdido, pero no así la microeconomía; tampoco ha logrado implementar un plan de austeridad creíble que elimine los gastos superfluos.

Como ejemplo de los gastos en que no se deben incurrir, está la extremadamente grande delegación oficial dominicana que asistió a la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, auspiciada por la ONU, cuya segunda fase se celebró en Túnez, del 16 al 18 de noviembre pasado. La delegación dominicana estuvo integrada por 91 personas (incluidos 3 choferes tunecinos), de la cual 8 eran del sector privado, dejando para el gobierno una representación de 80 personas. Para darnos una idea de lo que esto representa, la delegación de Costa Rica era de tan solo 4 personas, Panamá 3, Colombia 8, Chile 15, México 30, Venezuela 15 y Guatemala 11.

Si cuantificáramos los gastos incurridos para que un país como el nuestro llevara una delegación equiparable a la de China, considerando que esas 80 personas viajaron en clase de negocio (aunque por el rango y la prestancia de varios de sus miembros suponemos que por lo menos 10 personas viajaron en primera clase) en pasajes solamente se gastaron RD$11,423,280.00, sin impuestos, según datos obtenidos por Internet. Considerando el hotel a 150 dólares por noche, más 50 dólares para viáticos por día y por 5 días, teniendo en cuenta que debieron llegar por lo menos el día antes y salir el día posterior a la clausura de la conferencia, esto daría RD$2,640,000.00, lo que sumado a los pasajes aéreos representa RD$14,063,280.00, considerando el cambio a 33 x 1. Puedo estar equivocado en estos valores, pero por mi experiencia, creo que los números deben estar cerca. (Supongo que los asistentes del sector privado pagaron sus gastos). Yo me pregunto ¿debieron ir a dicha cumbre, entre otros, 10 miembros de Indotel, 6 del Despacho de la Primera Dama, 3 esposas y una acompañante, 2 invitadas que parecen no tener nada que ver con informática, más 13 militares de seguridad? Me parece que no, pues por más que queramos achicar la brecha digital, con un despilfarro de esta magnitud es imposible llegar a ningún lado. (Para más detalle ir a: http://www.itu.int/cgi-bin/htsh/wsis/edrs7/edrs.finder y seleccionar Dominican Rep.)

Termino citando de nuevo el discurso de toma de posesión del señor Presidente de la República: «Hasta ahora, el pueblo dominicano ha sido paciente. Ha tenido una conducta ciudadana ejemplar. Pero no se debe abusar de él. No desafiemos la capacidad de tolerancia del pueblo dominicano.»

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