Reformar a la PN induciéndola al autocontrol

Reformar a la PN induciéndola al autocontrol

Es realista y merece apoyo la meta integral de reformas para el cuerpo del orden más centrado en proteger vidas y propiedades de que dispone el país y que el Poder Ejecutivo se ha trazado.

Se corresponde con la conveniencia de atacar simultáneamente las imperfecciones y falta de contenidos morales y profesionales que defraudan y causan pesares a la sociedad.

Uno de los comportamientos desastrosos que recurrentemente empañan desde sus filas la labor de la Policía tiene que ver con el uso de la fuerza de manera desproporcionada.

Los hechos que más reclaman profilaxis y la vigencia de efectivos patrones de respeto a los derechos humanos de sus miembros se refieren a derramamientos de sangre inocente por agentes inclinados al homicidio.

Ahora bien: en los propósitos de transformación no deben aparecer, como antecedentes «meritorios» y de supuesta efectividad, los énfasis en la drasticidad de las actuaciones.

No debe suponerse que la mayor eficiencia resida sine qua non en la agresión física sino en una más estricta adhesión que antes a fórmulas que coloquen valladar a acciones brutales a la hora de reducir individuos a la obediencia.

Con asiduidad de entrenamientos, la persecución del crimen debe valerse más de la ciencia, con ejercicios de autoridad desconectados de apologías a anteriores episodios de dureza e historiales de drasticidad que exaltaban los atropellos como imprescindibles. Gendármenes de tolete. ¿Picanas, tiros y macanazos?

Desde los días de Homero Lajara, no se oía hablar de ¡macana, macana!

Que nadie espere la instantánea conversión de agentes en suizos

Cabe reconocer que ahora existe una clara voluntad rectificadora

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