¿Reformar el calendario escolar?

¿Reformar el calendario escolar?

Con propósito de evitar las pérdidas de clases que se producen en enero y febrero a causa del número excesivo de días festivos, el secretario de Estado de Educación, licenciado Melanio Paredes, propuso que el año lectivo se inicie en las escuelas públicas y en los colegios privados en el mes de marzo y que concluya en diciembre.

Dicho planteamiento de modificación del calendario escolar ha sido recibido con reservas por la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), y rechazado de inmediato por la Federación Nacional de Centros Educativos Privados (FENACEP).

Fiel a su convicción, el titular de Educación admitió que una medida de esa naturaleza no debe tomarse de manera precipitada, y que antes de tomarla se debe recabar la opinión de los interesados y de los expertos y entendidos en la materia.

Las ex secretarias de Educación Ligia Amada Melo, Ivelisse Prats Ramírez y Jacqueline Malagón se manifestaron opuestas a que el calendario escolar sea enmendado como lo sugiere el titular de Educación. Quien esto escribe sustenta la misma opinión que las nombradas.

Si, como lo plantea el Ministro de Educación, el próximo año lectivo se inicia en marzo del 2011, el período de vacaciones del actual se entendería hasta marzo del año entrante, lo que provocaría que más de dos millones de escolares permanezcan fuera de las aulas durante nueve largos meses.

También, a partir del próximo año lectivo, se habría de impartir docencia durante los meses calurosos de julio y agosto con niveles de rendimiento menguados por las altas temperaturas que se registran en esa época del año.

Aquí, las aulas de las escuelas públicas no están dotadas de aire acondicionado. Solo las de ciertos y contados colegios privados disponen de ésa y otras comodidades.

El Poder Ejecutivo promulgó una ley que contempla la posibilidad de cambiar el día de celebración de las fechas patrias. ¿Por qué dicho edicto no se deroga o modifica de manera que celebremos menos y trabajemos más?

Desde que los religiosos franciscanos, mercedarios y dominicos fundaron en La Española las primeras escuelas a principios del siglo XVI, aquí ha regido un año lectivo de nueve meses (septiembre-junio). Fue este año que las clases se iniciaron en el mes de agosto, en plena temporada ciclónica y en medio de un calor agobiante. Esta vez, tuvimos la suerte de que los ciclones no tocaran La Española.

El año escolar debe comenzar en septiembre, una vez finalizada o próximo a finalizar la temporada ciclónica, y terminar a principios o a mediados de junio.

Los males que aquejan a nuestro sistema de instrucción pública no se mejoran ni se curan modificando el calendario escolar.

Necesitamos formar y capacitar cientos de maestros; construir miles de aulas, laboratorios y bibliotecas; y adquirir más materiales didácticos, y equipos tecnológicos de última generación.

¡Hay que invertir más en educación!

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