Reformar la  SCJ

Reformar la  SCJ

El día once del presente mes de agosto, el Consejo Nacional de la Magistratura sesionará para escoger a los 16 nuevos miembros de la SCJ con el alegato de que tienen bastantes añitos ejerciendo en el más alto tribunal y que todos han rebasado la raya de los 75 calendarios.

 La ocasión es propicia para intentar una reflexión alusiva a una estructura nueva de la SCJ que no pocos entendemos que debiera reducirse a cinco miembros y que la edad no debiera ser obstáculo para el desempeño de juez del más alto tribunal de justicia, sino procurarlos a partir de esa edad.

El Senado romano resultó ser una institución venerable en que la mayoría de sus integrantes eran ancianos, que es la edad de la experiencia, de hechos vividos que aportan sapiencia al legislador, además de abrevar en los textos jurídicos.

En esa reflexión, los actuales jueces de la Suprema debieran continuar en sus puestos, porque la sociedad ha percibido la forma idónea y pulcra que han demostrado en su quehacer y ninguna voz se ha levantado para censurarlos.

Pero sí es de una nueva trova de lo que se trata para encajarla en una renovada SCJ hay muchos candidatos idóneos, empezando por los hermanos Julio y Jottin Cury hijo; Juan Miguel González Pantaleón, Carmen Imbert Brugal, Pelegrín, Juárez y Vinicito Castillo Semán; Eduardo Jorge Prats, Rafaelina Peralta, Aura Celeste Fernández, Milton Ray Guevara, Julio de Beras (Ulises) y su esposa Milagros Aquino de Beras, Ramón Antonio Veras (Negro), Ciprián Figuereo (Negro), Miriam Germán Brito, Mariano Germán, Julio Aníbal Suárez, Rafael Morón, Marino Elseviff, Julio Ibarra hijo, Eduardo Sanz Lovatón.

Esa es una trova nueva, fogueada en los tribunales, con nombradía propia, que pudiera encajar en los planes reformativos del presidente Leonel Fernández en su empeño por modernizar los estamentos fundamentales del Estado.

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