Reformas: insistir en lo que nos une

Reformas: insistir en lo que nos une

Tras los más de 63 años que han seguido al ajusticiamiento del tirano Rafael Trujillo, no hemos sido capaces de organizar al estado como un eficiente instrumento de desarrollo y equidad social, enmarcado en un sistema democrático sostenible..

No hemos planificado ni articulado políticas para instalar servicios públicos que satisfagan las necesidades y aspiraciones a que tienen derecho los ciudadanos en la vida moderna.

Ahora, y tras el presidente Luis Abinader arribar al poder en 2020 recibiendo una enorme deuda social, gran deficiencia de los servicios públicos, acusados rezagos en todos los índices de desarrollo, y sustancial endeudamiento nacional, ha propuesto a la nación concertar un conjunto de reformas que nos ayude a redireccionar al país.

Para robustecer las finanzas públicas, asegurar la estabilidad democrática de manera definitiva, e  incrementar la inversión social y el mejoramiento de las infraestructuras de servicios públicos.

Documenta don Magín Díaz, ponderado economista, que “vivimos una coyuntura fiscal compleja, que viene acumulada por décadas, tenemos años y años operando con déficit fiscal”.

Ese viejo déficit fiscal impacta negativamente el estado general de la nación, e indica que el retraso es estructural, y que deviene en tonto ejercicio tratar algún sector de sacar capital político a las diferencias que podamos tener sobre algún que otro aspecto de las reformas a emprender.

Redireccionar al país de las vulnerabilidades económicas, sociales y políticas, pasado más de medio siglo de la liquidación de la tiranía, es una tarea urgente para toda la nación.

No podemos esperar a que los déficits degeneren en situaciones de inestabilidad o ingobernabilidad como las que viven hoy los países de muchas otras zonas del mundo y que mantienen un ambiente incierto en gran parte del Planeta.

Las reformas que debemos concertar y acometer hoy no son para beneficio del actual gobierno y su partido sino para corregir distorsiones y males que hemos engendrado a lo largo del pasado.

Todo lo contrario, en el aspecto político de las reformas el actual mandatario sienta el precedente de ser el primero que se quita poderes y que renuncia a la posibilidad de hacer culto al continuismo en el poder, mal que siempre ha rebrotado y que se mantiene latente en nuestro país, como mostraron los últimos tres presidentes que tuvimos.

Podemos diferir de los enfoques y grados de los cambios a concertar. Pueden hacerse otras propuestas de reformas, pero lo fundamental ahora es enfatizar e insistir en lo que puede unirnos en favor del país y relegar lo que nos divide, que ya tendremos tiempo de seguir analizando.

Lo de insistir en lo que nos une y posponer lo que nos separa fue la inteligente propuesta formulada por el cura guerrillero Camilo Torres a las izquierdas, antes de que fracasaran como opciones de poder popular.   

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