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Por MARIO MÉNDEZ
Hasta ahora los resultados de las reformas emprendidas en el país, en términos de reducir la pobreza, han sido frustratorios. Cifras aportadas por el secretario de Economía Planificación y Desarrollo, ingeniero Temístocles Montás, en una conferencia ofrecida el pasado martes, son reveladoras de que los niveles de pobreza en el país no presentan variaciones significativas y siguen siendo de los más altos de la región de América Latina.
De acuerdo a esas cifras, el 36.3% de la población a octubre del pasado año vía en la pobreza, un porcentaje mayor al prevaleciente antes de la crisis bancaria, aunque menor a los niveles a que llegó la pobreza en los momentos en que esa crisis tocó fondo.
En cuanto al coeficiente de Gini sobre la desigualdad en el ingreso per cápita familiar, se mantiene prácticamente en los mismos niveles del año 2000.
Ante esa situación se impone, según lo planteado por el ingeniero Montás, mejorar la eficacia de los esfuerzos para reducir la pobreza.
El ingeniero Montás abogó por una profundización de la reforma en las políticas sociales a fin de proporcionar mayores niveles de cobertura y calidad en los servicios sociales, creando así las oportunidades para la construcción de una verdadera ciudadanía.
Consideró que la profundización de las políticas sociales debe hacer énfasis en áreas como la educación y la salud y seguridad social.
Como las cifras por él aportadas en la conferencia revelan que los indicadores de competitividad y gobernabilidad del país están por debajo del promedio de América Latina, el ingeniero Temístocles Montás también planteó en su conferencia la necesidad de impulsar nuevas reformas para fortalecer los indicadores en estas áreas.
Abogó por más y mejor reforma del sector financiero: para promover el ahorro interno, fomentar el uso eficiente del ahorro, y consideró necesaria una reforma para mejora el funcionamiento del mercado de trabajo: que no solo mejore su flexibilidad sino que fomente el desarrollo del capital humano.
Además, sugirió una mayor apertura a las fuerzas de la competencia: para impulsar la innovación y el cambio, a la vez que abogó por el fomento de un entorno de negocios equitativo y transparente que incentive la inversión y la generación de empleo.
