Petróleo situase en US$90/barril. Índice mensual de actividad manufacturera descendió al nivel más bajo de últimos doce meses. Banco Central reporta crecimiento interanual (julio2023/2022) del IMAE solo 1.2%. Comercio con Haití se ha cerrado, por lo que dejaremos de exportar US$3 millones/diarios. Tasa de interés activa bancaria, determinante del acceso a préstamos y costo de producción, se sitúa en 14.8% (agosto/23). Los préstamos agropecuarios disminuyeron 2.4% (jun2023/2022) y solo consumieron 1.5% de las facilidades credencias otorgadas por Bancentral. Tenemos hipotecado US$60 de cada US$100 producido.
A pesar de este panorama, el Ministerio de Economía, a juzgar por publicaciones consignadas en su portal electrónico, se limita a diagnosticar la situación nacional-como van sectores económicos, precios agropecuarios, monitoreo fronterizo, número de proyectos aprobados, ejecución de proyectos de inversión, marco macroeconómico, situaciones coyunturales, etc- válidos como insumos para cumplir su misión relativa a la “formulación… de las políticas macroeconómicas y de desarrollo sostenible” (Art.2 Ley 496-06); pero sin concretar la formulación propiamente dicha.
Puede leer: Desconciertos nacionales
Independientemente del estancamiento de reformas planteadas al CES, no hubo referencia explícita a las económicas que se necesitan para reactivar la economía. Aunque pudiera argumentarse que estas reformas constituyen eje transversal de otras, la falta de especificidad no deja de ser significativa.
Pudiera argumentarse que al momento de plantear las reformas, nuestra economía tenía un dinamismo que hacía innecesario reformarla; aunque siempre estuvo pendiente la sostenibilidad y distribución del crecimiento económico.
Pero esto no es lo presente. Ahora nos encontramos ralentizados.
El manejo de la fiscalidad, piedra angular de la economía, evidencia concentración de atención en manejar pasivos-deudas-en lugar de evitar endeudamientos. No parece estar en agenda del Ministerio de Hacienda temas como reforma para equilibrar fiscalidad y calidad del gasto, como ha planteado Abinader.
Para cubrir gastos corrientes, incluyendo intereses deuda e inversiones, al 8 de septiembre faltaron RD$61 mil millones- que “justificaron” recibir RD$239MM de financiamiento. Al amortizarse RD$70 millones, hay financiamiento no utilizado por RD$108 millones.
Alguna de las instancias mencionadas debe asumir liderazgo para diseñar reformas necesarias que reactiven nuestra economía ralentizada.