Reformas urgentes en la UASD

Reformas urgentes en la UASD

JESUS DE LA ROSA
Los más de 3 mil millones de pesos que el gobierno de Leonel Fernández está invirtiendo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo servirían para dotar a esa Alta Casa de Estudios de una sólida infraestructura en la que se sustentaría el proceso de reformas que sus autoridades pretenden llevar a cabo tomando en cuenta la problemática del desarrollo sostenible, el fortalecimiento de la democracia, los cambios en los procesos de trabajo y en la naturaleza de las actividades económicas y el extraordinario impulso de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación.

En la población estudiantil de la Universidad estatal se registra una tasa muy baja de retiro de asignatura por semestres (47.8%) y un índice muy bajo de aprobación (42.5%).

Se ha querido dar a entender que fenómenos como los mencionados más arriba guardan proporción “con los bajos costos de matriculación y la ausencia de un programa de baja para los estudiantes de menor rendimiento”, lo que es falso. Esas desproporciones no tendrían lugar en un escenario donde las escuelas públicas exhiben los mismos niveles de calidad que los mejores colegios privados.

En una prueba de medición de conocimientos adquiridos en el bachillerato aplicadas a 11 mil 39 estudiantes de nuevo ingreso en la UASD, sólo un 38% de ellos mostró que poseía un mínimo de conocimiento para cursar estudios superiores. ¿Qué hacer con los 6 mil 844 que no pudieron pasar la prueba? ¿Darles de baja?

Tomando en cuenta que aquí las oportunidades de tener acceso a una educación de calidad se reparten de manera muy desigual, las autoridades de la UASD, actuando con justicia, han formulado para esos estudiantes un programa de nivelación académica con el propósito de que los mismos puedan llenar en un tiempo relativamente corto las lagunas de un mal bachillerato. Eso mismo se ha venido haciendo con muy buenos resultados con estudiantes de la Universidad Nacional y Autónoma de México.

Si no se toma en cuenta el costo de oportunidad (el monto de los salarios que el estudiante deja de percibir mientras cursa su carrera) podríamos admitir “que la UASD es mucho más barata que los colegios y escuelitas privadas que abundan en los barrios marginales, donde este Estado fallado no ha podido garantizar la escuela pública”. Pero, si lo tomamos en consideración, nos percataríamos de que la UASD no es tan barata como erróneamente cree el prestigioso comunicador.

¡Cuán difícil es para un pobre padre de familia el seguir manteniendo por más tiempo un “manganzón” o “mangazona” de más de 18 años de edad!

En un caso o en otro, la Universidad Autónoma de Santo Domingo es una de las más caras de la América española por el simple hecho de que, poco o mucho, sus estudiantes tienen que pagar por cursar estudios y por recibir otros servicios académicos que les brinda esa institución.

Los ciudadanos de países como Cuba (por supuesto) México, Argentina y Brasil no tienen que pagar por cursar estudios en una universidad pública. Lo mismo ocurre en muchos países de Europa.

¿Qué de irracional tiene el hecho de que la matrícula universitaria se concentre en pocas carreras?

La mayoría de los estudiantes que cursan una carrera universitaria lo hace impulsados por el interés de, una vez que se gradúan, lograr un puesto de trabajo y percibir un salario acorde con sus aspiraciones de progreso y de bienestar. Por ello, la mayoría prefiere estudiar carrera como contabilidad, mercadeo, derecho, medicina, etc. Pero, la universidad como institución también tiene metas y misiones que cumplir. En el caso específico de la UASD, uno de sus ideales más preciados es la de contribuir a elevar los niveles culturales de nuestra sociedad y la de formar científicos, profesionales, técnicos y artistas, dotados de una capacidad reflexiva para coadyuvar a las transformaciones que demanda el desarrollo nacional independiente. Para poder alcanzar esos fines la UASD tiene que continuar ofertando, además de las mencionadas, carreras como la de biología, filosofía, matemática, estadística, sociología, física, química y otras que no resultan tan atractivas. Por razones económicas, las universidades privadas no ofrecen carreras como ésta, pero la UASD está obligada a hacerlo.

Este país necesita filósofos, matemáticos, físicos, biólogos, químicos, estadísticos, arqueólogos; también necesitan pintores, músicos, actores, cantantes, bailarines de ballet, y hasta de poetas necesitado está.

Si fuera verdad que los aportes del gobierno a la UASD apenas alcanzan para cubrir gastos corrientes, la ciudad universitaria de Santiago y el centro universitario de San Francisco de Macorís no hubiesen sido construidos; las edificaciones en marcha en los centros de San Juan, Barahona, Puerto Plata y Nagua no se hubiesen iniciado; y la inversión de más de 3 mil millones de pesos en la ciudad universitaria de Santo Domingo no hubiese podido ser.

Los entendidos en la materia consideran alta una tasa de graduación de una universidad cuando, año tras año, el número de estudiantes que gradúa es de un 15% o más de su matrícula total.

En el período 2000-2004 se matricularon en la UASD 139 mil, 267 estudiantes y 31 mil, 791 fueron investidos, es decir, un 23% de la matrícula total. Pero, el comunicador erróneamente juzga que “una alta proporción de esos matriculados en realidad sólo está consumiendo los recursos del pobre pueblo dominicano”.

Volveremos sobre el tema.

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