Reformemos la escuela

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Dice Carlos Alberto Montaner en su columna “A Quemarropa”, “que la riqueza de las naciones es el producto del trabajo continuado dentro de un marco jurídico filme y predecible”. La cita la traemos a colación en ocasión del inicio de un nuevo año escolar, que nace surgido después de haber vivido la población escolar nacional una huelga de maestros, que ha hecho mucho daño a los futuros hombres y mujeres, que más temprano o más tarde se convertirán en los dirigentes de nuestra nación.
Es sumamente importante hacer resaltar que la instrucción y educación tanto pública como privada es la columna vertebral del país, que estos dos aspectos fundamentales sobre los cuales descansa la sociedad dominicana, tienen necesariamente, que ser modificados sobre la base de una nueva estructuración, porque lo que está sucediendo en este campo es de una deficiencia tan dramática, que nos mueve a suplicar el concurso de todos los sectores del país a iniciar una cruzada nacional para mejorar la instrucción y la educación.
No podemos seguir siendo indiferentes a que los estudiantes desde el kindergarten hasta el bachillerato y hasta la misma universidad, sean simplemente y medianamente instruidos, pero no educados, porque esta última prácticamente no existe, es pues necesario y urgente elevar el ambiente moral de la escuela.