Reformistas en gobierno, PRSC en oposición

Reformistas en gobierno, PRSC en oposición

La desvinculación del PRSC con PLD no tiene que implicar renuncia de reformistas ocupando cargos gubernamentales; avalándonos en la concepción del pluralismo socialcristiano consustancial a la democracia, en concordancia con el proceder reformista cuando gobernó y en el mejor gobernar logrado al disponer amplias voluntades nacionales de colaboración evitando la recurrencia a voluntades perversas e inexpertas.

Si la colaboración reformista no llega a sustentarse en pacto formal PRSC-gobierno, como sería ideal, puede continuar ejerciendo el partido la buena oposición imprescindible para el buen gobierno; procurando armonizar la base política aportada por segmentos poblacionales inscritos en corriente doctrinaria internacional, con observaciones constructivas.

Doctrinariamente, el reformismo socialcristiano se inscribe en el pluralismo consustancialmente democrático opuesto al control absoluto del poder por grupos o partidos particulares. Su ideal sería que el gobierno se repartiera proporcionalmente en función de votaciones aunque fuera por tiempo limitado; lo cual suele dificultarse por mezquindades de triunfadores y perdedores. No en vano la mayoría de los programas transformadores pregonan gobiernos de unidad nacional. Los dominicanos no constituimos excepción. La unidad nacional fue proclamada desde los manifiestos prodemocráticos de luchas anti-trujillistas hasta el presente cargado del enorme pasivo social y económico heredado por el actual gobierno. Solo profundas incompatibilidades programáticas o inminencia de alternabilidad pueden justificar rechazar colaboración gubernamental solicitada.

Así lo testimonió el PRSC cuando gobernó. Declarándose opositor el PRD en 1966, cuatro de sus dirigentes ocuparon cargos ministeriales sin el denuesto de la opinión pública que denostaba otras acciones del gobierno; y sin que el PRD dejara de hacer oposición. La LMD y el Congreso fueron utilizados por Balaguer durante 1986-1996 como válvulas de escapes ante partidos declarados en oposición.

Cuando buenas voluntades rechazan colaborar, dejan espacios vacíos que suelen ser aprovechados tenebrosamente. Nunca podrá determinarse, p.e., en que medida el rechazo a unidad nacional convocada por Balaguer en 1966 estigmatizó al gobierno de los doce años, a diferencia del iniciado en 1986. Esta amonestación aplica a socialcristianos fusionados al reformismo en 1983 cuando estos, entonces separados, rechazamos la invitación de Balaguer para incorporarnos al gobierno formulada desde la tribuna mas solemne de la nación, Congreso Nacional, durante su primer discurso de rendición de cuentas en 1967.

Lo ideal sería pues, desvinculado el PRSC del PLD, que se procure un pacto PRSC-gobierno.

Y si esto no fuera posible debe continuar la participación individual de reformistas en el gobierno sin que ello sea obstáculo para que el partido como tal se sitúe en una oposición constructiva; siempre y cuando explique debidamente esta posición y evite hacer recaer en la misma persona roles de principalía gubernamental y partidaria.

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas