Reforzar rechazo al bipartidismo

Reforzar rechazo al bipartidismo

El control del poder ejecutivo, la impunidad para su ejército de corruptos y la continuación del uso desenfrenado de la maquinaria del gobierno para acelerar la acumulación de grandes fortunas en base a la corrupción y al uso de los resortes del poder, están en el centro de la determinación continuista de la cúpula peledeísta, con todos los peligros que ello genera para la salud presente y futura de nuestro país.

Pero es necesario entender que ello ha sido posible porque en la República Dominicana los sectores progresistas, de izquierda, y la parte sana de nuestra sociedad no hemos podido desarrollar una alternativa política progresista en las últimas décadas y porque ello ha sido sustituido por un bipartidismo, donde cada una de sus partes constitutivas han terminado igualándose en cuanto a la defensa del modelo actual, al fomento de la corrupción y de los antivalores que destruyen nuestro tejido social así como la permisividad con los sectores sociales y económicos que han estado detrás de los gobiernos habidos en el país, con posterioridad a la gran jornada de abril de 1965.

Cualquier actitud que tienda a fortalecer ese bipartidismo y a hacer más difícil la construcción de una alternativa progresista en el país constituye un paso de retroceso o desviación del camino correcto.

Decía que existen serios nubarrones en el horizonte, que pueden conducirnos hacia una crisis política, sea en el momento de las elecciones o en el periodo posterior, cuando los factores económicos negativos impuestos por este gobierno y la forma como se va a producir la transición (cual que sea el que resulte ganador), requiera, para sobrevivir, que la sociedad acepte sumisa la continuación del modelo económico y de la moral prevaleciente en las acciones de las instituciones del Estado, postergando el cambio de modelo, las grandes demandas sociales y el clamor de justicia y castigo a los grandes corruptos de este y los anteriores gobiernos.

Es en ese horizonte de crisis y confrontación que la sociedad requiere de  figuras políticas y de instituciones políticas y sociales firmes, con credibilidad, para que, rechazando  los pactos que va a intentar imponer el sistema bipartidista, el poder extranjero y los sectores dominantes del país, puedan irse constituyendo en el referente que requiere el grueso de la sociedad para que sus acciones de lucha y resistencia vayan acumulando fuerzas,  cambiando la actual correlación y abriendo surcos por los cuales pueda construirse una opción de poder para un cambio de rumbo de la República Dominicana.

Toda acción de apoyo a uno cualquiera de los componentes del bipartidismo es un paso negativo que retarda los cambios necesarios.

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