Reforzará diálogo Israel-Palestina

Reforzará diálogo Israel-Palestina

WASHINGTON (EFE).- El presidente de EEUU, George W. Bush, pretende reforzar las negociaciones de paz en Oriente Medio con su primera visita desde que está en la Casa Blanca a Israel y los territorios palestinos, adonde partirá mañana martes.

Bush también recorrerá cuatro países del golfo Pérsico y Egipto, en una gira en la que buscará el apoyo de las naciones de la región para aislar a Irán.

Además, son posibles paradas sorpresa en Irak y el Líbano, donde la Administración estadounidense ha dado todo su apoyo al Gobierno de Fuad Siniora, que se encuentra en una posición muy precaria por la crisis política que atraviesa el país. La visita de Bush a la región se encuadra en su empeño, convencido por la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, de relanzar en su último año de mandato el diálogo entre israelíes y palestinos.

Su presencia en Jerusalén, Ramalah y Galilea durante tres días tendrá un contenido simbólico, pero a juicio de algunos comentaristas no irá mucho más allá.

“Habrá algunos acuerdos sobre cambios ‘cosméticos’ (en las relaciones entre palestinos e israelíes), pero eso será todo”, afirmó Paul Scham, analista del Instituto de Oriente Medio, un centro de estudios independiente.

No es ésa la visión de Stephen Hadley, consejero de Seguridad Nacional de EEUU, quien ha dicho que la mera visita de Bush “dará un impulso a las negociaciones». Si es así, resulta extraño que el presidente no haya pisado la disputada Tierra Santa desde que lo hiciera en 1998 como gobernador del estado de Texas. En comparación, su antecesor, Bill Clinton, estuvo allí cuatro veces en sus ocho años en el poder. En lugar de dedicarse a un asunto que había dado pocas ganancias a sus predecesores, Bush apostó en su primer mandato por impulsar una metamorfosis democrática en Irak que debía provocar un “efecto dominó” en el resto de las naciones autocráticas de Oriente Medio y facilitar la resolución del conflicto árabe-israelí. Esa estrategia ha probado ser poco más que una colección de buenos deseos y el Gobierno de Bush la ha enterrado silenciosamente, según los analistas. En el golfo Pérsico, Bush busca cimentar “una relación de seguridad para la próxima década. Ése es el legado que quiere dejar este Gobierno”, según Graeme Bannerman, director de la consultora Bannerman Associates.

Publicaciones Relacionadas