Añadidas a las manifestaciones más populares del quehacer cotidiano del pueblo dominicano, frases, anécdotas y dichos propios de la cultura española han sido en el transcurso del tiempo graciosamente modificados en la estructura de su construcción, aunque no en la esencia de sus mensajes.
En estas espontáneas distorsiones registradas en nuestro país de las originales versiones del refranero español se involucran por igual estratos sociales de distintos niveles, incluyendo a intelectuales, periodistas, locutores y otros.
De hecho, la cultura dominicana ha absorbido frases y dichos alejados del contexto original de su confección gramatical de manera irreversible y con una evidente dosis de ingenuidad.
Así, por ejemplo, a diestra y siniestra es una simpática sustitución en el sentido de género de la frase original a diestro y siniestro.
Entre otras frases célebres distorsionadas en su estructura original por el uso común en nuestro país, podemos encontrar las siguientes:
Cazar gambusinos por Cazar gamusinos.
De noche todos los gatos son prietos por De noche todos los gatos son pardos.
Haber gato entre macuto por Haber gato encerrado.
A trocha y mocha por A troche y moche.
Hasta que Colón baje el dedo por Hasta que San Juan baje el dedo.
Quien fue a Villa perdió su silla por Quien se fue a Sevilla perdió su silla.
Buscarle 5 patas al gato por Buscarle 3 patas al gato.
Dar palos a ciegas por Dar palos de ciegos.
Dar una puñalada trasera por Dar una puñalada trapera.
Este refranero dominicanizado constituye una evidente demostración de lo amplia y rica que es la lengua española.