BASE NAVAL BAHIA DE GUANTANAMO, Cuba (AP) _ Los militares están incrementando la seguridad de un nuevo pabellón para presuntos milicianos de al-Qaida y el Talibán con el fin de proteger a los guardias, después de una serie de ataques y evidencias de que los detenidos se han organizado para hacer revueltas, dijeron funcionarios.

El endurecimiento de las medidas tiene lugar en momentos que investigadores de derechos humanos de las Naciones Unidas piden el cierre de todo el centro de detención en esta remota base militar estadounidense. Pero algunos hechos de los últimos meses han generado alerta entre las autoridades de Guantánamo:

– Los detenidos atrajeron a los guardias hacia sus celdas organizando un intento de suicidio en mayo, y luego los atacaron con las aletas de ventiladores y trozos de tubos rotos de luz fluorescente, dijeron los militares. Los abogados defensores expresaron que el choque comenzó después que los guardias intentaron requisar el Corán que tenían los reos.

 El 10 de junio se suicidan tres detenidos. El almirante de la marina Harry Harris, comandante de la prisión, dijo que se trató de una medida de protesta coordinada, «no un hecho de desesperación sino un hecho de guerra asimétrico contra nosotros’’. _ Los guardias descubrieron recientemente que los detenidos de uno de los pabellones estaban desmantelando grifos de los lavabos y convirtiéndolos en armas para apuñalar, dijo el teniente coronel del ejército Mike Nicolucci.

Ese pabellón ha sido vaciado mientras se instalan los nuevos grifos.

Desde julio del 2005 hasta agosto, los militares registraron 432 agresiones de detenidos que lanzaron «cocteles’’ de excrementos humanos a los guardias, 227 asaltos físicos y 99 instancias de incitación o participación en disturbios o motines.

«Lo que hemos evaluado es que estos detenidos, estos terroristas, aún están combatiendo una batalla’’, expresó el brigadier general del ejército Edward A. Leacock, vicecomandante del operativo de detención. «No están en el campo de batalla … pero aún hasta ahora continúan combatiendo’’.

«Hay gente en los pabellones, los hemos identificado, que continúa tratando de alentar problemas adentro de la prisión’’, expresó Leacock. «Nuestro esfuerzo es tratar de impedirles que desarrollen los planes que causarían … cualquier tipo de revuelta’’.

Dejando en evidencia el endurecimiento de la posición de los militares, uno de los pabellones que están en las últimas etapas de construcción será una instalación de máxima seguridad. Debía haberse inaugurado en agosto, como un centro de detención de mediana seguridad.

Pero los cambios han demorado la fecha de finalización de los trabajos del pabellón de 37,8 millones de dólares, con una capacidad para 220 reos, hasta el 30 de septiembre.

Recibirá sus primeros presos a mediados de octubre, dijo el capitán del ejército Dan Byer.