Hace unos días, fuentes de la Comisión Nacional de Emergencia (CNE) y del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) revelaron a este diario las carencias que limitaron su trabajo cuando la tormenta Noel estaba en las puertas del país.

La falta de equipos de comunicación y transporte, entre otras, determinaron en gran medida el pobre papel de estos organismos.

En otro ámbito, los ayuntamientos municipales han estado reclamando un incremento en sus asignaciones, y la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU) ha solicitado que para en el Presupuesto de Ingreso y Ley de Gasto Público para el 2008 se les asigne el 10% del presupuesto nacional.

Hemos citado dos ámbitos muy diferentes, en los cuales las precariedades provocan el efecto común de mermar las capacidades de respuesta en beneficio de la población, los socorristas en su tarea natural y los ayuntamientos en los servicios municipales.

II

En las actuales circunstancias, los ayuntamientos no solo han sido despojados de muchas de sus facultades, sino que además no están en condiciones de responder a las necesidades de sus comunidades.

Salvo honrosas excepciones, los ayuntamientos del país están imposibilitados de realizar todas las obras que necesitan sus municipios, pero sus nóminas están llenas de gente deseosa de trabajar.

En caso de tragedias, todo el mundo está atento a que los organismos de socorro desempeñen su tarea de salvar vidas, sin contar que, tal como ha pasado ahora, están desprovistos de equipos y recursos absolutamente necesarios para hacerle frente a las contingencias.

 En ambos casos, las precariedades convierten a los ayuntamientos y organismos de socorro en entidades con mucha voluntad pero sin el respaldo que requieren para poder trabajar.

III

Ya  es tiempo de que el Gobierno Central ponga los pies sobre la tierra y provea a los ayuntamientos y cuerpos de socorro de los recursos que necesitan para trabajar.

Los socorristas no pueden trabajar sin equipos que permitan no sólo salvar las vidas de damnificados, sino también garantizar la seguridad que requiere el trabajo del personal.

En el caso de los ayuntamientos, es preciso que se satisfaga su pedido de que se les asigne un 10% del presupuesto nacional a partir del 2008.

Inclusive, el Gobierno Central debe buscar los medios para dejar que sean los ayuntamientos los que ejecuten las obras en sus respectivos municipios, aunque sea bajo una estricta supervisión.

Hay que trabajar para que las administraciones de los municipios desempeñen el papel que les corresponde en función de la Ley de Organización Municipal.

El Poder Ejecutivo debe contemplar en sus planes la modificación de la ley que fija los ingresos de los ayuntamientos y establecer por esa vía la proporción de ingresos de un 10% que reclaman.

El progreso de cualquier país debe estar sustentado en sus instituciones, en los equipos de soporte del Estado, en la labor mancomunada de todas las fuerzas.

Ayuntamientos y organismos de socorro son medios de soporte de la administración del Estado que necesitan ser reforzados.