Hoy 
En hacinamiento total se desenvuelven decenas de niños, mujeres y hombres del sector Juan Guzmán, en dos refugios en Santo Domingo Oeste, luego que las lluvias del huracán Irene provocaran la crecida del río Manoguayabo y arrasara con sus viviendas.
Los damnificados están refugiados en las escuelas laborales Bella Colina y San Miguel, propiedad del Ayuntamiento de Santo Domingo Oeste, donde no tienen agua, alimentos, ni colchones, mientras las enfermedades comienzan a afectar a los niños.
El barrio Juan Guzmán fue bañado por las aguas del río Manoguayabo y una cañada que bordea el lugar, por lo que los organismos de socorro se vieron obligados a sacar a decenas de familias en botes, porque no había otra forma de penetrar.
Juan Arias, Carlos Reyes y María López, dirigentes de la junta de vecinos, deploraron el abandono de que han sido objeto por parte de las autoridades, ya que nadie ha ido al lugar para evaluar la situación por la que atraviesan.
No tienen de nada. La mayoría de los habitantes del barrio no cuenta con camas, estufas, neveras y otros enseres, debido que el río prácticamente cubrió todas viviendas, que son unas 450 en total.
Los dirigentes comunitario apelaron al presidente Leonel Fernández para que intervenga en el sector, sobre todo trasladándolos a un lugar seguro, donde puedan vivir sin zozobras.
López, dirigente comunitaria, instó al presidente Fernández a bajar al sector con las botas puestas, para que observe las calamidades que padecen y ordene la reubicación de más de 400 familias. Dos de los niños que están en el refugio tuvieron que ser que llevados al médico por problemas de salud.
Zoom
Hacen su agosto
Lo poco que se salvó en los hogares del barrio Juan Guzmán ha sido robado por los delincuentes, quienes no temen al agua, pero menos a la Policía, situación el que hace más difícil el drama por que atraviesan. Debido a la inseguridad, los cabeza de familias se las pasan de los refugios al sector, con la finalidad de proteger algunos ajuares que podrían ser salvados poniéndolo al sol. Hasta ayer ninguna autoridad del Gobierno había visitado la zona de desastre, lo que preocupa a los afectados, quienes no encuentran siquiera para comer.
