Regalo de Navidad y los Santos Reyes

Regalo de Navidad y los Santos Reyes

La llegada del Nuevo Año y de los Santos Reyes trae consigo signos agoreros. No necesariamente en nuestro país, donde a ratos se traspira cierto optimismo“confiado en la Providencia Divina y la voluntad de un pueblo que aspira vivir un tanto mejor en democracia, y “alejado de todo mal. Amén”
La noticia de que “murió” el comandante líder iraní Qasem Soleimani, como gusta difundir la prensa amarilla es trastornadora. Trata de disfrazar la acción terrorista ordenada por el presidente Donald Trump respaldado por sus aliados el presidente Emmanuel Macron, de Francia, que aboga por “rebajar la tensión” preocupado por “las actividades desestabilizadoras” de Soleimani; y el ministro británico de Asuntos Exteriores, Dominic Raah, quien “insta a Irán” -no a los Estados Unidos- a adoptar una ruta diplomática después del hecho consumado y llega a justificar la brutal agresión que viola los tratados internacionales y la soberanía del Estado Iraní afirmando que “al perpetrare el ataque mortal con drones en que murió Soleimani” el presidente Trump “tenía derecho a ejercer la autodefensa.”
Ahora que se proyecta en Novo Centro la producción cinematográfica “Secreto de Estado” que pone al descubierto los tejemanejes del criminal ataque tramado por el presidente George Bush, el primer ministro Rumsfeld y el ministro de Defensa Colin Powell contra Irak, para eliminar al presidente Saddam Hussein, acusado falsamente de poseer armas nucleares, cometieron el pavoroso crimen de lesa humanidad de millares de personas inocentes muertas y de familias desamparadas que provocara como venganza aquel zarpazo del 11 de septiembre que históricamente desquició la bonanza, la seguridad y tranquilidad del pueblo norteamericano.
Como regalo de Reyes llega a mis manos la nueva novela “Tiempos Recios”, de Mario Vargas Llosa, a quien dejé de leer desde que abjurara de su nacionalidad y su raza cuando el pueblo peruano le negó con su voto soberano sus ambiciones presidenciales, sin dejar por ello de reconocer su excelencia como escritor y novelista que en esa obra magistralmente expone la trama urdida por la United Fruit, la CIA y el Gobierno de Eisenhower contra la actitud asumida de los gobiernos democráticos de Guatemala del letrado profesor Dr. Juan José Arévalo y su sucesor, coronel Jacobo Arbenz, exministro de Defensa, luego de la caída del dictador, general Jorge Ubico.
La conspiración contra Jacobo Albenz, tildado de comunista por las medidas socialistas tomadas a favor de su pueblo, provocó que la todopoderosa United Fruit, sus socios ricos de Boston y al Gobierno de Washington, alentados por el frío análisis del socio publicista Edward Bernays, decidieron mantener y promover la mentira a través de los medios de la prensa, “si se quiere garantizar las ventajas y beneficios políticos y económicos puestos en peligro por un gobierno liberal y otros tantos semejantes al de Jacobo Albenz.
El generalísimo Trujillo, identificado con la causa, jugó un papel estelar. Luego de prestar su generosa ayuda, agraviado por la ingratitud del presidente Castillo Armas, cumplió su palabra. Su agente especial, Johnny Abbes García, fiel a su amado Jefe y perdidamente enamorado de la Doña, “Miss Guatemala”, amante del Presidente, se ocupó de ultimarlo.

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