Régimen económico

Régimen económico

La Constitución vigente establece que el monopolio es exclusivo del Estado; sin embargo, en la que se discute se quiere incluir que además pueda hacer inversiones para competir con el sector privado. Se trata de un cambio que no es solo de forma, porque en el largo plazo alteraría el equilibrio entre los sectores privado y público, afectando el monto y la orientación de la inversión reproductiva, una de las principales variables del Producto Interno Bruto, pudiendo retrasar el crecimiento. Lo aconsejable es hablar de competencia y disponer que mediante leyes especiales se establezcan normas y regulaciones para evitar que nadie, en nombre de un libre mercado que nunca ha existido en ninguna parte, cause situaciones que implique el uso de los impuestos para ir en su auxilio.

Lo que esta sucediendo en los Estados Unidos y en el mundo debería servir de orientación; la profunda recesión que ha seguido a la crisis financiera, se debió a que los países del G-20, con los Estados Unidos a la cabeza, impusieron la tesis, a través de los organismos internacionales, de que el libre mercado debía orientar las inversiones y encargarse de los precios, y que los gobiernos no debían intervenir. La experiencia no ha podido ser más traumática y costosa para el mundo, principalmente para los pobres, el modelo oculto que en nombre del libre mercado se desarrolló un sistema de bancario sin regulación, que con reingeniería financiera llegó a tener activos de US$16.5 billones, superior al monto de  los activos consolidados del sistema bancario regulado de US$12 billones en el 2008.  Bastó que Lehman Brothers, uno de los no regulados, se declarara insolvente y sin liquidez para cumplir sus obligaciones de deuda, para que no solo colapsara la pirámide creada por el sistema bancario a la sombra, sino que pusiera en peligro el sistema de pago mundial, aumentó el ejército de pobres del mundo.

En 1907 se había cometido el mismo error, instituciones no reguladas crecieron demasiado rápido, los activos de los Trusts igualaron los de los bancos regulados, convirtiéndose en el epicentro de una crisis financiera que provocó pánico y reacciones en cadena de los inversionistas. En aquella ocasión los principales culpables, J. P. Morgan y John D. Rockefeller, asumieron parte del costo inyectando liquidez al sistema. El error se repitió en 1929, el exceso de crédito ocasiona la burbuja en Wall Street, pero no pudo ser peor la medicina de la Reserva Federal, una política altamente deflacionaria, redujo en una tercera parte la base monetaria, considerándose que la gran contracción de 1930 no fue más que un trágico testimonio del poder de la política monetaria.

Debemos alejarnos de Milton Friedman y su fracasada teoría del ajuste automático de los mercados, pero es necesario tener presente su pensamiento: “una nación no puede tener libertad política cuando las imprentas están en manos del Estado y cuando los trabajadores están empleados por el Estado”. Aplicado a lo que se discute en el Congreso Nacional sería: si en la economía el Estado compite con el sector privado desaparecería la libertad de empresa.

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