DAMASCO (AFP) – El ejército sirio bombardeó este lunes Rastán (centro) por segundo día consecutivo ignorando la presión internacional que se intensifica, con la llegada el sábado a Damasco del enviado de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan.

Annan y su adjunto, el ex ministro palestino de Relaciones Exteriores, Naser al Qidwa, se reunirán el jueves con el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, anunció este último. Los enviados viajarán luego a Damasco.

Esta visita, saludada por el régimen según la televisión oficial siria, será la primera del ex secretario general de la ONU que fue nombrado el 23 de febrero «emisario conjunto de la ONU y la Liga Árabe para la crisis en Siria».

Luego de su nombramiento, Annan declaró que esperaba ir «pronto» a Damasco para entregar un «mensaje claro»: «las masacres y la violencia deben cesar y las agencias humanitarias deben tener acceso» a la población.

Por su parte, la responsable de las operaciones humanitarias de la ONU Valerie Amos anunció que viajaría a Siria el miércoles para intentar obtener acceso humanitario «sin trabas».

En tanto, Rusia, que respalda al régimen de Asad, anunció un encuentro de su canciller, Sergei Lavrov, con sus homólogos de la Liga Árabe el sábado en El Cairo.

Moscú, aliado de Damasco desde la era soviética, bloqueó en el Consejo de Seguridad de la ONU, al igual que Pekín, dos proyectos de resolución que condenaban la represión en Siria, en donde murieron más de 7.600 personas, según Naciones Unidas.

Signo de esta amistad, Bashar al Asad «envió una carta al primer ministro Vladimir Putin en ocasión de su victoria presidencial» para expresarle «sus más sinceras felicitaciones por su notable elección en los comicios» del domingo, según la agencia oficial Sana.

Con motivo de esta elección, el canciller francés Alain Juppé hizo un llamado a Putin para que «revise la política rusa con respecto a Siria». Por su parte la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, estimó que Rusia debía «reconocer la necesidad de un nuevo poder» en Siria, sumergida en una crisis desde hace casi un año.

En el terreno las fuerzas del régimen continuaron bombardeando la ciudad de Rastán, en la provincia de Homs (centro), al día siguiente de un violento bombardeo que dejó siete muertos, de los cuales cuatro niños.

El ejército también tomó por asalto Yabrud en la provincia de Damasco y llevaba a cabo operaciones en otras ciudades, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Seis personas murieron en hechos de violencia, precisó esta organización con sede en Londres. En Homs (centro), donde el 1 de marzo el ejército tomó el barrio rebelde de Baba Amr, las fuerzas de seguridad han efectuado una campaña de arrestos en el barrio adyacente de Jobar.

A las puertas de Baba Amr, el Comité Internacional de la Cruz Roja trataba aún, por cuarto día consecutivo, conseguir entrar con un convoy de siete camiones cargados con ayuda de urgencia para este barrio bombardeado durante casi un mes.

«Las negociaciones continúan», indicó a la AFP Saleh Dabakeh, portavoz de la organización en Damasco.

Las autoridades han aludido razones de seguridad, en particular la presencia de bombas y minas, para justificar el que no autoricen la entrada de la Cruz Roja.

Sin embargo, periodistas de la cadena oficial siria están allí desde hace varios días. «Estamos seguros que quieren darse tiempo para quemar los cadáveres y borrar las huellas de sus crímenes», afirmó el domingo Hadi Abdalá, militante en Homs de la Comisión general de la revolución siria.

No obstante el CICR pudo distribuir ayuda el domingo en un poblado cercano a Baba Amr donde hay innumerables refugiados.

Para acentuar la presión sobre el régimen, Estados Unidos anunció que añadió a la organización de la radiotelevisión pública siria a la lista negra de personas físicas y jurídicas afectadas por las sanciones financieras estadounidenses contra el régimen de Damasco.

La cuestión de armar a la oposición siria es un tema discutido cada vez más en esferas árabes y occidentales.

Washington es reticente, ya que teme que las armas sean recuperadas por Al Qaida, pero varios países árabes apoyan esta idea. AFP