Reglas de enfrentamiento

Reglas de enfrentamiento

Un equipo de filmación del programa de televisión de Nuria Piera fue apresado mientras se encontraba, desde la distancia, haciendo “tomas” a la fachada de la residencia del jefe de la Policía Nacional. La cámara y otros equipos que se utilizaban fueron confiscados.

Tres personas fueron entonces conducidas bajo arresto hasta la Dirección de Inteligencia Delictiva. Este abuso, al tiempo que agresión a la tan vapuleada libertad de prensa, lleva a que las autoridades expliquen cuáles son las “reglas de enfrentamiento” establecidas para proteger la casa del mayor general Guillermo Guzmán Fermín.

Las reglas de enfrentamiento son directivas emitidas por una autoridad competente en las que se establecen las circunstancias y las limitaciones bajo las cuales las tropas pueden iniciar, para luego continuar, la lucha contra fuerzas adversarias. Las normas de policía pueden ser generales o específicas y determinan cuándo, dónde y cómo debe ser usada la fuerza. Hay acciones que un comandante policial puede tomar sin consultar una autoridad superior y otras que pueden ser tomadas, solamente, si son ordenadas, explícitamente por una autoridad superior. Habitualmente, estas normas presentan diversos niveles de aplicación según su importancia.

El nivel uno, que es el cooperativo, se da cuando el supuesto adversario responde y cumple con los comandos verbales del policía. En ese caso no se aplica la técnica de combate.

En el dos, pasivo, el sujeto se resiste a los comandos verbales de los agentes policiales aunque se somete tan pronto como se le aplica algún tipo de control físico. Todavía en ese nivel no se aplican las técnicas de combate.

Nivel tres, el sujeto inicialmente muestra resistencia física y, para controlar la situación, el policía puede aplicar sujeción corporal, golpes ligeros aunque contundentes o torcedura de coyunturas que provocan dolor.

Nivel cuatro, daño físico, porque el sujeto puede atacar aunque no utilice armamento. Para este caso se usan tácticas defensivas que neutralicen la amenaza. Las tácticas defensivas incluyen golpes y patadas, así como procedimientos para provocar dolor contundente.

El nivel cinco, fuerza mortal, el sujeto agresor utiliza un arma y podría matar o herir a alguien si no es detenido y sometido a control inmediatamente. Ahí la regla establece el exterminio inmediato, de ser posible.

A partir de las normas de control policial, el equipo de filmación del programa televisivo de Nuria Piera nunca tuvo capacidad para resistirse ante agentes policiales bien entrenados y fuertemente armados. Lo peor que pudieron haber provocado fue el nivel dos, resistir verbalmente al impedimento de realizar un trabajo público y legal de cobertura noticiosa, en nombre de la constitucional libertad de prensa. Pero ¿quién podría imaginar las reglas de enfrentamiento especiales que pueden haber sido ordenadas a los custodias de la casa del jefe policial para que los sometieran hasta el nivel cuatro de violencia?

Para tranquilidad de muchos, podría decirse que los miembros del equipo de filmación disfrutaron de un día de suerte porque las reglas de enfrentamiento de los policías y los militares dominicanos, o son muy flexibles o no tienen límites. La práctica así lo indica. El relajamiento habitual de esa norma hace que la decisión final para la aplicación de violencia extrema en el terreno recaiga sobre el eslabón más débil de la cadena de mando de la Policía Nacional: el alistado, sea este raso, cabo o sargento. Son ellos los que, a final de cuentas, dado que gozan de impunidad absoluta y licencia para matar, se han acostumbrado a saltar, por su cuenta y riesgo, del nivel uno al nivel cinco, mortal por necesidad. No en balde se cuentan por centenares al año la cantidad de civiles asesinados en ejecuciones extrajudiciales, eufemísticamente llamados “intercambios de disparos” por el relacionador público de la institución.

Las reglas son extremadamente importantes. Proveen una norma consistente y entendible de cómo las fuerzas actúan. Y deben estar cuidadosamente pensadas en detalle mucho antes de que ocurra el enfrentamiento, pudiendo cubrir diversos escenarios con diferentes reglas para cada uno, empezando por la defensa propia. Y así evitar que la simple filmación de la fachada de la residencia del jefe policial pudiera convertirse en un amasijo de carne y huesos de comunicadores sociales.

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