Reglas para un oficio desbordado

Reglas para un oficio desbordado

La mensajería a que recurre una amplitud de renglones comerciales, sobre todo de alimentos y productos del hogar haciendo entregas a domicilio, ha crecido espectacularmente para beneficio de expendedores y consumidores pero planteando la necesidad de reglamentarla como servicio social y laboral de intensa presencia en la circulación urbana, con acceso a hogares y masiva incursión en el tránsito con el tipo de vehículo que ocupa los primeros lugares en causar y ser víctima de accidentes y en usos para fines delictivos.

Visiblemente, muchos de los llamados “deliverys” han cobrado relieve por discurrir temerariamente por las vías públicas.

Su abrumadora presencia obliga a establecer estrictos requisitos para ejercer una labor de innegable utilidad a la comunidad que debe estar libre de riesgos para transeúntes y conductores de otros medios de transporte. Órganos como el INTRANT y Digesset deberían fijar reglas de sentido práctico que incluyan someter a entrenamientos y a la obtención de certificados de buena conducta y de ausencia de antecedentes delictivos antes de quedar autorizado para una faena de particulares características en la que no se debe actuar con desparpajo por las calles.

La autoridad debe velar por el buen estado de los vehículos y de los aditamentos requeridos, muchos de los cuales ya muestran deterioro y falta de higiene, para que respondan a diseños apropiados para una circulación ordenada. Procede además establecer una corresponsabilidad ante la ley para los empleadores de mensajeros motorizados que deben calificar por su destreza y observancia de las normas de tránsito; patronos que hacen exhibir marcas y nombres de establecimientos que originan envíos que deben ser garantes solidarios por daños a terceros.

Debería existir un departamento o equipo de control de calidad legal dependiente de órganos policiales para ejercer supervisión permanente y especializada sobre esa masa laboral tan crecida, cuya movilización crea riesgos a los propios operarios, transeúntes y demás conductores, por entre los que suelen desplazarse a alta velocidad, desarrollando un trabajo que implica mucho cercanía a ciudadanos en la tranquilidad de sus moradas.

Un servicio que parece escapar a reglas que brinden seguridad

Los oficios que implican riesgos deberían estar sujetos a licencias

Una fuente de empleos que debe estar subordinada a alguna disciplina

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