No crea usted que esta fotografía corresponde a uno de los mercados capitaleños. Es el entorno inmediato de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Estos tarantines y freidurías fueron retirados, pero ayer regresaron supuestamente por orden de un guardián de la academia estatal.
Las decenas de vendedores ambulantes y tarantines en el entorno de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) regresaron esta semana, después de que el jueves pasado fueron retirados por la seguridad de la academia y la Policía.
Su retorno fue autorizado por el director de Seguridad, Leonardo Percel, y el director de Urbanismo de la UASD, Ángel Sosa, con la condición de que no se instalen en las aceras y que mantengan distancia de las puertas de entrada. Sin embargo, en la avenida Correa y Cidrón los comerciantes se instalaron ayer las aceras.
Percel explicó que otra de las conclusiones de una reunión que sostuvieron ayer las autoridades universitarias con los representantes de los comerciantes fue gestionar con el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) la construcción de casetas para los vendedores, por lo que se trabaja en la elaboración de un censo.
Wilson Bonilla, vocero de los comerciantes, explicó además que la UASD solicitará a la secretaría de Salud Pública que someta a exámenes de laboratorio las comidas que se venden en la zona y que investigarían los antecedentes penales de los vendedores, para excluir a quienes hayan tenido actividades reñidas con la ley.
Padres de familia
Ana Duval es vendedora de empanadas y jugos con más de seis años en la puerta este de la academia. Con sus ganancias costeó a su hijo mayor los estudios en la UASD, hasta que se graduó en junio pasado.
La historia de Duval se repite en las demás puertas, donde no es difícil toparse con una vendedora de hamburguesas que es también estudiante de término de mercadeo, como Elizabeth Genao, o de Ingeniería, como el caso del joven Robinson Galete y el de muchos otros.