Regreso de Fidel causa expectativa

Regreso de Fidel causa expectativa

LA HABANA (AP) — Tras un año de ausentarse de la vida pública, la situación de Fidel Castro ha generado expectativas sobre si volverá a las funciones que ejercía antes de delegar el poder para ser sometido a una cirugía intestinal.  

La salud de Castro tuvo durante el último año movimientos de montaña rusa: periodos de mucha actividad intercalados de silencios que encendían el alerta de los observadores.  Aunque siempre fue impredecible y no hay señales de una próxima aparición pública de Castro, la sensación entre algunos es que el barbado líder tampoco tiene apuro en regresar a su puesto en lo inmediato.

 “El no parece querer volver”, dijo a la AP el académico norteamericano Phil Peters, del Lexington Institute con sede en Washington.  El propio Castro dio algunas pistas sobre cómo pasa sus días y no ocultó el deleite que le produce esas horas de estudio, escritura y análisis de los temas mundiales, mientras se rehabilita.

 Recientemente, incluso reconoció en una columna de opinión, que está completamente atrapado por las incidencias de los Juegos Panamericanos en Brasil –él mismo un fanático del deporte y atleta en su juventud– al punto de que a veces perdió horarios de medicamentos y hasta los de la comida.

 La última vez que se presentó en público fue el 26 de julio del 2006, durante el aniversario del ataque al cuartel Moncada. Días después informó mediante una nota que debido a una operación, delegaba sus funciones en el vicepresidente, su hermano Raúl Castro, y otros funcionarios de gobierno.  Con el alejamiento del comandante comenzaron a surgir los pronósticos sobre el fin del modelo comunista cubano, el único del hemisferio, y si habría cambios con Raúl Castro al frente del gobierno.  “Había muchas expectativas (en Estados Unidos) por cambios”, dijo Peters. “Pero en Cuba, no hubo muestras de tensiones dentro del sistema, malestar en las calles o cambios en términos de políticas o de la economía”, reconoció el catedrático, también un asiduo visitante de la isla. El historiador cubano Manuel Cuesta Morúa coincidió con ese criterio: “no hubo cambios espectaculares”, pero sí se “marcaron tendencias”, aclaró. Para él fue un año “de mayor sosiego político” y disminuyó “el hostigamiento a la oposición”, expresó en entrevista a la AP.

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