Casi medio siglo de labor a favor de la superación de las personas con discapacidades físicas e intelectuales de escasos recursos, es el gran éxito de la Asociación Dominicana de Rehabilitación (ADR).

Para celebrar sus 49 años de servicios ofrecieron una Eucaristía  de gracias  en el salón de actos de la Escuela de Educación Especial de la institución, oficiada por monseñor Amancio Escapa, obispo auxiliar de Santo Domingo. Anoche también  ofrecieron una cena de gala en el Gran Salón de El Embajador.

La presidenta de la ADR, Mary Pérez de Marranzini, acompañada del equipo profesional de la institución, empleados, alumnos de la escuela especial y pa cientes,  informó sobre la expansión de sus servicios en todo el país apoyando los planes de crecimiento para instalar filiales en Nagua, Neiba, Pedernales, Higüey y Las Matas de Farfán.