La Asociación Dominicana de Rehabilitación (ADR) celebró ayer su 49 aniversario con una misa de acción de gracias oficiada por monseñor Amancio Escapa en la sede de la entidad.
Después de la ceremonia, el director de la institución, Arturo Pérez Gabiño, informó que operan con un déficit de RD$46.7 millones. En sus inicios, en 1963, Rehabilitación tenía un presupuesto de RD$20,837.
Pérez Gabiño indicó que gracias al respaldo de la colectividad dominicana, la entidad cuenta con 26 centros de atención. Hay extensiones en Los Mina, Santo Domingo Este y en Bayona, Santo Domingo Oeste, mientras que 23 están en pueblos: 12 en el Norte, seis en el Sur y cinco en el Este.
Manifestó que desde su fundación a agosto de este año, Rehabilitación ha atendido 800,610 pacientes, a los que les ha facilitando casi 10 millones de servicios en diferentes modalidades.
Expansión. Pérez Gabiño dijo que la institución se ha propuesto extender los servicios en todo el país, por tal motivo en sus proyecciones del período 2012-2013 está el abrir filiales en Nagua, Neiba, Higüey y las Matas de Farfán.
Además buscan fortalecer y mejorar las ofertas de servicio en medicina de rehabilitación, educación especial y formación laboral a escala nacional.
También hacer la entrega, próximamente, de 300 sillas de rueda.
Ley 42-2000. En cuanto a la Ley General de Discapacidad, pendiente de aprobación en la Cámara de Diputados, confía en que esa iniciativa que dispone mayores atenciones y facilidades para la integración social de las personas discapacitadas cuente con el respaldo necesario para su promulgación y puesta en vigencia.
De su lado, la presidenta de la entidad, Mary Pérez de Marranzini, agradeció a todas las personas que de una forma u otra forma han contribuido con el centro que en su 49 aniversario ha servido a toda la población con discapacidad.
Necesitamos seguir formando personas para ampliar aún más los servicios y además seguir buscando más recursos económicos para mantener la asociación, sostuvo.
Zoom
Ángeles
Monseñor Escapa definió a Pérez de Marranzini como un ángel humano que por don de Dios dedicó su vida a atender a los más necesitados. El Señor actúa mediante de sus ángeles y ha puesto uno a cada uno de nosotros, muchas veces no son espirituales, sino disfrazados de personas.