Desde el 1997, en la rama femenina, la República Dominicana comenzó a incrementar el envío de los talentos dominicanos a reforzar en diferentes ligas de voleibol, donde muchas de las jugadoras criollas han obtenido buenos contratos que le han permitido vivir dignamente y ayudar a sus familias.
Estas participaciones se producen después que en el año las atletas cumplen con su calendario como parte de la selección nacional (de junio a octubre, que son los eventos de la Federación Internacional de Voleibol).
Puede leer: ¡Lidom crece! Vitelio Mejía hace grandes aportes y se gana seguir como presidente
Ya desde octubre-noviembre y hasta abril del año siguiente se celebran los torneos de las ligas profesionales.
En la Liga de Japón han participado en calidad de refuerzos Milagros Cabral, Yudelkis Bautista, Cosiris Rodríguez, Nurys Arias, Evelin Carreras, entre otras.
Informes obtenidos por este redactor indican que el contrato por un año podría superar los 200 mil dólares.
Con el paso de los años, voleibolistas que eran sextetos en el equipo nacional ampliaron su radio de acción y comenzaron a reforzar en las ligas de Italia, Francia, Portugal, Brasil, Azerbaiyán, Perú, Indonesia, Turquía, Rusia, Puerto Rico, España, Corea del Sur, entre otras naciones.
Entre las jugadoras que también reforzaron en esas ligas están Priscila Rivera, Annerys Valdez, Bethania de la Cruz, Brenda Castillo, Gina Mambrú, Brayelin y Jineirys Martínez.
También, Niverka Marte, Cándida Arias, Lisvel Eve Mejía, Gaila González, Geraldine González, Alondra Tapia, Yonkaira Peña, Yaneirys Rodríguez, Samaret Caraballo, Madeline Guillén y Vielka Peralta.
Además, Erasma Moreno y Natalia Martínez; Angelica Hinojosa y Marifranchy Rodríguez.
Algunas de esas jugadores optaron por el retiro como jugadoras, pero pudieron salir del círculo de pobreza y dar a sus familias un estilo de vida digno.