El paso del huracán Fiona brinda oportunidad para reconstruir las zonas afectadas mediante una reingeniería que las blinde de tormentas climatológicas, de otras tormentas y para todo el territorio nacion. Crisis y acontecimientos calamitosos brindan oportunidad para ello. Después de la II Guerra Mundial, el mundo se rediseñó alrededor de la reconstrucción y fomento de zonas destruidas, creándose el Banco de Reconstrucción y Fomento (BIRF), hoy Banco Mundial.
Reconstruir siguiendo patrones preexistentes seguiría exponiéndonos a furias huracanadas y de otros tipos. La combinación de furias hace propicio el momento para reingenierizar zonas afectadas. Y toda la nación.
Ciertamente en el pasado hubo otras tormentas más intensas que Fiona. Pero ninguna precedida de una pandemia y las consecuencias del sonido estrepitoso de tambores de guerra en Ucrania que están envolviendo otras naciones, amenazando adquirir categoría de conflagración mundial, con efectos catastróficos en vidas humanas, económicos y ambientales, ante amenazas con armamentos nucleares. Debemos reconstruir sometiéndonos a una reingeniería para blindarnos de todas esas furias.
Le puede interesar: Cautela e incumbencias ante calamidades
Comenzando con la producción agropecuaria. Requiérese reorientar políticas estimuladoras del crecimiento de demanda más rápidamente que oferta-como subsidios-hacia la producción, evitando que la inflación se haga endémica; esfuerzos mayores para seguir impulsando agroproducción: crecimiento reciente (3.4%) aún se mantiene por debajo del PBI (5.5%) y casi 10 mas lentamente que turismo (31.2%); poner en producción tierras baldías y subutilizadas para lo cual autoridades agropecuarias pudieran efectuar consultas provinciales para acordar con propietarios, agroprofesionales y empresarios con limitaciones como ponerlas en plena producción; preparar INESPRE en almacenamiento y compra de producción a precios rentables para venderlos a precios justos; construir caminos vecinales para que garantizar salida a mercados.
Recursos para ello pudieran provenir de la no utilización, por descender precios petroleros internacionales, de RD$74 mil millones consignados en Presupuesto Complementario para combustibles y electricidad; del excedente de recaudaciones por encima de lo presupuestado: RD$90 mil millones en 2021; gravando ganancias súbitas y excesivas, mineras y comerciales, generadas por crisis; simplificar tributación para que el 58% de informales tributen; combatir contrabando. Expondremos posteriormente otras reingenierías.