Reiteran fiscal Sosúa no disparó

<p>Reiteran fiscal Sosúa no disparó</p>

Por JUAN M. RAMIREZ
La periodista que acompañaba al fiscal adjunto de Puerto Plata, Teódulo Ceballos Peñaló, muerto a tiros el pasado 23 de noviembre, expuso a la comisión que investigó el hecho que éste fue sorprendido próximo a su residencia, en Sosúa, por las autoridades que lo perseguían, quienes no le dieron oportunidad siquiera de despojarse el cinturón de seguridad de su vehículo.

María Teresa Acosta, única que le acompañaba en el momento, expuso que no vio disparar a Ceballos Peñaló la noche que fue rodeado, pero sí observó cuando fue baleado, ya que cayó sobre ella, que ocupaba el asiento del lado derecho.

Explicó que ese día en la mañana tenía la organización de unos premios que se celebran cada año en Sosúa y que llamaron de la Policía Nacional (PN) para que fuera a recoger una noticia de allanamientos practicados por el magistrado Ceballos Peñaló ese día, relacionada con mamajuanas falsificadas.

Dijo que cuando llegó a la PN vio a Ceballos Peñaló, quien le pidió su número de celular porque quería hablar con ella Eso fue cerca de las diez de la mañana del 23 de noviembre, testimonió Acosta.

Dijo que alrededor de la una de la tarde Ceballos Peñaló la llamó, pero que ella quedó en devolverle cuando bajara de Puerto Plata, donde visitaba a su madre.

Explicó que entrada la tarde salió en un vehículo del concho y que cuando pasaba por la Base Aérea recordó que Ceballos Peñaló la había llamado, pero en ese instante timbró su teléfono, pero se cayó la llamada.

Expuso que luego se juntaron en un restaurant del hotel Garden Kate, donde el magistrado le presentó a dos personas como policías, de los que no pudo memorizar sus nombres. De los agentes sólo recuerda que uno era alto, fuerte, medio calvo, de piel clara, de más de 35 años, con camisa a cuadros, mangas cortas y que llevaba un celular.

Al otro lo identificó como moreno, oscuro, más bajito que el anterior, pelo crespo oscuro, con una camiseta «de cuello».

Dijo que Ceballos Peñaló además le presentó a un italiano y a su esposa, quienes hablaban normal, y que escuchó de una conversación donde trataban que él había ido a un país, que no recuerda porque se distrajo con la esposa del extranjero.

Explicó que dos personas llegaron al lugar, una de ellas identificada como David, que trabaja en la Fiscalía de Sosúa, y otra de nombre Erik Colón, quienes saludaron, no se sentaron y siguieron caminando.

Expuso que acompañó al fiscal adjunto en la cena, en el establecimiento comercial, donde le manifestó que quería  que los comunicadores de Sosúa participaran en un acto donde le entregarían una placa de reconocimiento en el programa «Ahora Luciano», en Puerto Plata.

Dijo que ella le respondió que no podía asistir a la ceremonia, porque a esa hora tenía el compromiso de los premios que mencionó al principio de los interrogatorios, pero que le mandaría un camarógrafo.

LO SORPRENDEN AMARRADO

«En ese transcurso le hicieron una llamada telefónica a Ceballos y le dijeron que Jimmy, uno de los muchachos que trabaja con él, estaba detenido en el destacamento de Sosúa; él llamó inmediatamente al destacamento y le dijeron que no, cerró rápido y nos fuimos», expuso.

Señaló que los cuatro fueron al destacamento de Sosúa y que cuando preguntó por el muchacho detenido le respondieron que no instantáneamente y que a tres casas antes de llegar a su hogar se le atravesó una jeepeta  color rojo vino.

«Cuando la Jeepeta atravesó él quiso dar reversa y no pudo, había otros vehículos detrás, no pudo seguir ni para adelante ni para atrás, se tiró uno de la jeepeta con la cara tapada, con un arma larga», puntualizó Acosta a la comisión investigadora.

Explicó que Ceballos Peñaló hizo unos gestos y dijo «Dios mío es que me van a matar» , pero que tenía el cinturón de seguridad del vehículo puesto y hacía todo lo posible por quitárselo, sin poder lograrlo. Precisó que en esa situación le pidió que se bajara y se agachara para evitar cualquier daño,  momento en que escuchó dos o tres disparos y la sangre de Ceballos sobre ella.

«La sangre de él me corría, me caía encima, porque al estar amarrado con el cinturón y no poder quitárselo se inclinó para donde mí cuando lo hirieron», sostuvo.

Afirmó que a Ceballos Peñaló lo hirieron inmediatamente y después se produjo la ráfaga de muchos disparos y que minutos después llegó la calma.

«En ese momento levanto un poco la cabeza y veo que la jeepeta estaba dando la vuelta y tenía las luces encendidas, yo dije bueno, que me maten, yo salto de aquí corriendo, pues pensé que si me quedo aquí me pueden dar un tiro», narró.

Dijo que entró a un colmado que quedaba detrás de donde estaba la camioneta que ladeada, ya que rodó hasta detenerse al impactar con el contén.

Señaló que en el colmado donde se protegió de los disparos había dos niños comprando, una señora y el dueño del establecimiento, y que al instante se presentaron tres personas al lugar, dos con armas largas, parecían militares, de piel blanca, finos y con la cara destapada, en tanto que el otro, un señor blanco, con cabellos blancos, elegante, alto con saco y corbata.

«Ante las preguntas de los que llegaron, sobre dónde yo estaba, el señor del colmado le decía que habían niños,  y yo le decía no dejen que me lleven a lo que ellos respondieron yo quiero verla, me observaron, pero el señor de la corbata y la chaqueta solo miró desde afuera, desde la puerta», puntualizó.

Narró que cuando los hombres del operativo se marcharon, el dueño del colmado corrió y rápidamente cerró la puerta de metal plegadiza.

Explicó que ella tenía dos hijos, el primero Leandro Ismael Martínez Acosta, hijo de  Leandro Martínez Rojas, y la segunda María José Ventura, hija de JuanVentura, de cinco y un año, respectivamente.

Expuso que no tenía ninguna relación con Ceballos Peñaló, solamente vínculos de amistad por el trabajo, porque era una persona muy querida por todos y muy amistosa.

Dijo que vivía a menos de un kilómetro de Ceballos Peñaló y que para llegar a la casa del fiscal debía tomar la calle Principal, doblar en la calle 3, y que durante el incidente solamente se le rompió una uña y recibió una quemada detrás de la oreja derecha.

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