La gravedad de nuestro  problema de inseguridad no obedece, como se alega, a que el crecimiento y el desarrollo han desbordado la capacidad de servicio de las instituciones. La causa real es que el país ha crecido sin desarrollo en aspectos imprescindibles. La economía ha crecido de manera sostenida durante muchos años, pero es ahora cuando empezamos a invertir lo necesario en educación. Paralelamente, los delitos se han multiplicado, pero es ahora cuando pensamos en una reforma policial. El débito en inversión social es  alto y  añejo.

Ahora, para tratar de contener las causas y mitigar los efectos de la inseguridad, las autoridades trabajan en un plan de seguridad que no ha empezado a dar frutos. Mientras tanto, los asaltos, homicidios y otros actos de violencia parecen desafiar el plan con un alto costo para los ciudadanos que se sienten desprotegidos e impotentes. Las autoridades tienen que emitir señales de que el plan de seguridad habrá de ser efectivo, y deben actuar antes de que agraven más las cosas.

La frecuencia de actos delictivos ha aumentado, lo que demuestra que la prevención ha fallado. La reincidencia dejan claro que hay fallas en la investigación y en la acción judicial. Lo que percibe el ciudadano es que ha sido dejado solo y desprotegido. Nadie está seguro en ninguna parte, en ningún momento. El país necesita respuestas.

Amenaza sanitaria

Las autoridades sanitarias deben actuar con prisa para abastecerse de lo necesario para enfrentar la amenaza de la influenza y el virus AH1N1. Ya murió una parturienta y hay varios casos de personas bajo observación por presentar síntomas de estas enfermedades. Las autoridades deben acelerar la tarea preventiva y adquirir las vacunas necesarias para inmunizar a la población más vulnerable, en especial niños, embarazadas y ancianos.

La población debe cooperar para evitar males mayores. Debe evitar en todo momento la automedicación y si algún miembro de la familia presenta síntomas de influenza o AH1N1, lo recomendable es acudir al médico y seguir  sus instrucciones. Las autoridades sanitarias deben desplegar una amplia campaña de orientación, para que los ciudadanos sepan qué hacer ante esta nueva amenaza sanitaria. La prevención será siempre la mejor de las medicinas.