POR CLAUDIA HERNANDEZ DE ALBA
En la edición de 1948 de su excelente libro Our Bible and Ancient Manuscripts (Nuestra Biblia y los manuscritos antiguos), Sir Frederic Kenyon, erudito dedicado al estudio del texto bíblico, decía: En verdad, no hay posibilidad de que encontremos manuscritos del texto hebreo que se remonten a un periodo anterior a la formación del texto que conocemos como masorético. Sólo podemos llegar a tener una idea de el mediante un estudio de las primeras traducciones hachas de el
(Citado por Pfeiffer, The Dead Sea Scrolls and the Bible, Los Rollos del Mar Muerto y la Biblia, p. 107).
En 1947, mientras se imprimía su libro, comenzaron los descubrimientos que imposibilitarían declaraciones como la de Kenyon. Hasta ese tiempo, los eruditos tenían solamente las tablas de arcilla de Babilonia y los papiros egipcios para ayudarse a entender la información de fondo sobre la Biblia, pues no se sabía que hubieran sobrevivido manuscritos tan anteriores del Antiguo Testamento.
Sin embargo, todo eso cambió con el descubrimiento de unos rollos en diversas cuevas a lo largo de la esquina noroccidental del Mar Muerto. Estos rollos dieron al mundo unos manuscritos de los libros del Antiguo Testamento, anteriores en mil años a cualquiera de los ya existentes.
Hubo un alborozo inmediato por el encuentro. El doctor William F. Albright, uno de los mejores arqueólogos del mundo, dijo en una carta a John Trever, quien tuvo parte integral en la revelación del hallazgo:
¡Mis más calurosas felicitaciones por el más grande descubrimiento de manuscritos de los tiempos modernos! No cabe duda en mi mente que la escritura es más arcaica que la del papiro Nash (una porción muy pequeña del Antiguo Testamento, fechada entre el siglo segundo a.C. y el siglo primero d.C.) Yo preferiría una fecha alrededor del 100 a.C.
¡Que hallazgo tan increíble! Y felizmente no puede haber la menor duda en el mundo sobre la autenticidad del manuscrito,
Antes el descubrimiento de estos rollos, la copia completa más antigua del Antiguo Testamento en hebreo era el Códice Babilónico Petropalitano, del 1008 d.C., más de 1.400 años y dejaban al mundo en espera, para ver si el texto había sido transmitido con precisión. La respuesta fue un rotundo sí.
Los rollos del Mar Muerto demostraron inequívocamente el hecho de que los judíos eran fieles en su transcripción de los manuscritos bíblicos. La reverencia por las Escrituras fue referida hace mucho tiempo por Flavio Josefa, el historiador judío del siglo primero:
Hemos dado pruebas practicas de nuestra reverencia por nuestras propias Escrituras, pues, aunque ya ha pasado tan largo tiempo, nadie se ha atrevido a añadir, quitar, ni alterar una silaba; y es un instinto en cada judío, desde el día de su nacimiento, considerarlas como los decretos de Dios, cumplirlas, y si fuere necesario, morir gozoso por ellas.
Una y otra vez, se han observado prisioneros que soportan torturas y muerte de todas formas en los circos, en vez de proferir una sola palabra contra las Leyes y los documentos relacionado (Flavio y Josefa contra Apion, en Josefo, Obras Completas).
La actitud que Josefa relata se refleja en la comparación del texto masorético, que es la base e nuestra Biblia hebreas, y los rollos del Mar Muerto. Entre los fragmentos descubiertos hay copias completas o partes de cada libro del Antiguo Testamento, excepto Ester, y las variaciones en el texto después de mil años de copias son mínimas. Así que no se puede decir que los rollos del Mar Muerto pongan en duda la seguridad del texto de la Biblia.
Charls Pfeirffer dijo lo siguiente al respecto: Debe tenerse en cuenta que, en tanto que las opiniones negativas de la alta critica acerca de la Biblia no se pueden refutar mediante un estudio de los rollos de Qumran (Qumran es la localidad principal de la zona del Mar Muerto donde se encontraron los rollos), no hay evidencia en Qumran que justifique una reorganización notable de las opiniones tradicionales acerca del origen de los escritos bíblicos.
Los libros del Antiguo Testamento procedentes de Qumran son los que encontramos en nuestras Biblia. Aparecen variaciones textuales menores, como en otros documentos que dependen de las copias a mano para su multiplicación, pero el texto bíblico se puede considerar como esencialmente seguro (The Dead Sea Scrolls and the Bible, p. 114 Charles F. Pfeiffer, Baker Book House, 1967).
Por lo tanto, el descubrimiento de los rollos del Mar Muerto solo apoya el método crítico pero conservador de estudio del Antiguo Testamento, mantenido por los eruditos de esta persuasión al estudiar la seguridad del texto en los libros del Antiguo Testamento.