Está muy claro que el ambiente geopolítico mundial ha venido transformándose de manera radical en los últimos años. Actores de primera fila durante decenios han desaparecido o perdido protagonismo, en tanto nuevos actores han irrumpido en el escenario internacional, recibiendo nominaciones y oscares en diversas categorías. No menos importante son las interrelaciones que se han venido tejiendo entre esos actores y las nuevas relevancias y trascendencias que esos vínculos han ido creando.
Desde que ciertas tendencias globalizantes empezaron a manifestarse con nitidez, los grandes centros de poder comenzaron a replantearse una redistribución de los mercados regionales. Europa miró hacia América Latina y el Caribe y comenzaron a realizarse cumbres de jefes de Estado y de Gobierno entre las dos regiones alternando en los dos continentes. La primera se celebró en 1999 y una sexta se celebrará el próximo año en Chile. Sin lugar a dudas era un desafío a los Estados Unidos en lo que había sido su patio de dominio absoluto. Washington quiso devolverle la pelota a Europa desafiándola en África, pero, en realidad, llevando las de perder.
En ese ambiente ya complejo vino a aparecer China con su arrollador paso, arrinconando a Estados Unidos en muchos países de la región y acercándose ya a desplazar a Europa como segundo socio de América Latina y el Caribe. Ese camino lo está allanando, además, la severa crisis que vienen sufriendo los países de la Unión Europea. Ante esa situación se aprecia un panorama en el que se deprimen las relaciones económicos comerciales con la región perdiendo espacio en la misma; se reducen significativamente los flujos de ayuda y cooperación y ante el desempleo que se extiende por varios países, se reduce también el flujo de remesas.
Para algunos países las relaciones económicas comerciales son aun relevantes. Las ventas de Argentina y Brasil a la Unión Europea UE representan el 2.79 % de las importaciones totales de ese bloque. Las negociaciones entre Mercosur y la UE se extienden ya por 16 años sin llegar a feliz término. El interés de la región es lograr acceso para sus exportaciones de alimentos a lo que se oponen principalmente Francia e Irlanda por ser productoras agrícolas. En el 2010, el 20% de las exportaciones de Mercosur fueron a la UE, de donde recibió el 13.2% de sus importaciones.
En una reunión reciente que organizó el SELA para concertar posiciones sobre el tema quedó claro que los países de América Latina y el Caribe buscan, además, en la UE un socio para contribuir a armar la nueva arquitectura financiera así como para desarrollar un diálogo integral en lo político, o referente a la cooperación y lo comercial.
La CEPAL ha actuado como principal conductor entre ambas regiones y acaba de publicar un estudio que denominó: La Hora de la Igualdad: brechas por cerrar y caminos por abrir que pretende ser una nueva ruta para el desarrollo regional sentando pautas para el análisis.