Relaciones domínico-mexicanas

Relaciones domínico-mexicanas

LEANDRO GUZMÁN
La República Dominicana y México mantienen relaciones diplomáticas y consulares desde el 23 de julio 1888, es decir, desde hace más de 117 años, de manera que ese estrecho vínculo nos convierte en interlocutores válidos para asuntos políticos, económicos y culturales, siempre con el debido el respeto a la soberanía de ambas naciones. México, con una política exterior independiente, siempre ha sido una nación solidaria con la República Dominicana.

Para no remontarnos hacia tiempos remotos, basta recordar que en 1963 México suspendió sus relaciones diplomáticas con nuestro país luego del golpe de Estado militar que derrocó al presidente constitucional Juan Bosh, aparte de que con anterioridad había escogido a numerosos exiliados políticos que huían de la dictadura de Trujillo, salvándoles la vida de esa manera. Pero, además, México se opuso a la intervención militar norteamericana de 1965, derivada del Golpe Militar de 1963, un gesto que la historia dominicana consignará con letras de oro.

Sin embargo, algunos de los gobiernos que hemos tenido en la República Dominicana no han sido consecuentes con México. Un ejemplo de eso es que cuando después que se produjo la crisis bancaria mexicana, el Gobierno Dominicano liquidó un Acuerdo de Pago sobre la deuda que tenía con la nación azteca, ascendente a 162.8 millones de dólares. La deuda fue re-comprada con un descuento de 67.5 por ciento, en una operación financiera equivalente a 52.9 millones de dólares.

Esta operación financiera se produjo en momentos en que México estaba en un proceso de recuperación económica, afrontando serias dificultades financieras. No hay que olvidar que en aquel momento en la República Dominicana Gobernaba el doctor Joaquín Balaguer, quien aplicó así sus habilidades políticas olvidándose de la solidaridad internacional con México.

Se aprovechó de la oportunidad. En nuestra opinión, aún cuando tal operación beneficiará a la República Dominicana, el Gobierno de Balaguer no debió apelar a tal argucia económica de comprar la deuda con México en los mercados internacionales, olvidándose de toda la relación histórica que han mantenido los dos países, hasta el sol de hoy.

Estos antecedentes, sin duda alguna, son los que han afectado los beneficios de la República Dominicana, en cuanto respecta a sus relaciones económicas bilaterales con México, relativo al llamado Acuerdo de San José, instrumento que fue suscrito el 3 de agosto de 1980, entre Venezuela y México, que beneficia a 11 países Centroamericanos y del Caribe, incluida la República Dominicana, pues nos venden petróleo donde parte de la factura queda a un financiamiento a largo plazo.

La parte de la factura para financiar obras de desarrollo, que actualmente asciende a aproximadamente 300 millones de dólares, ha sido congelada por México al exigir garantías “soberanas y colaterales”, que la República Dominicana no ha podido cumplir.

Es una gran noticia el anuncio oficial de que el presidente Leonel Fernández, en su visita a Panamá, hablaría con su homólogo Vicente Fox, de México, sobre este aspecto tan vital para la República Dominicana, pues la idea es lograr que se descongelen esos 300 millones de dólares para aplicarlos a obras de desarrollo que beneficien a los dominicanos.

No dudamos de las habilidades del presidente Fernández para lograr superar las condiciones que podría imponer el Gobierno de México a la República Dominicana, cuyas relaciones –y esto no es un secreto para nadie– se deterioraron en el pasado ejercicio gubernamental, que al parecer nunca reparó en que en el mundo globalizado de hoy, hay que respetar no solamente las relaciones de amistad, sino que también hay que tomar en cuenta las realidades prácticas que se imponen para mejores entendimientos.

andor314@yahoo.com

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