Relaciones familiares

Relaciones familiares

Cuando una pareja se divorcia, el mayor reto es mantener una relación cordial para seguir siendo padres. Para que no se afecte el trato con los hijos, la sicóloga Cecilia Zuleta, experta en crianza y desarrollo, aconseja:

El padre debe ser constante y predecible en sus visitas.

Durante el tiempo que comparta con su hijo, busque actividades apropiadas para él. La idea es que disfruten el tiempo que permanezcan juntos.

Es importante que el papá le deje saber a su hijo que todos los días está pendiente de él, aunque no lo pueda ver siempre. Así, de alguna manera, suple su ausencia.

El niño no debe sentir rivalidad entre sus padres. Estos tienen que tratarse de manera respetuosa.

Es importante que en ambos hogares existan reglas que no sean contradictorias. «Un buen padre NO es aquel que exige perfección o cree que siempre tiene la razón”, dicen los especialistas.»Hay que hablar antes de gritar. Un niño aprende con hechos”, afirma la sicóloga Juana Morales.

Es asunto de dos, aunque no estén juntos.  La mayoría de las veces los hijos se quedan con la madre, pero de ningún modo significa que los papás deben quedarse al margen de la crianza de los hijos, a fin de cuentas, no se ha divorciado de los hijos, sino de su pareja. Los padres deben ponerse de acuerdo en cómo criarlos, para evitar discusiones e incongruencias  que terminen afectando a los más pequeños. Tanto mamá como papá siguen con voz y voto, cuando de los hijos se trata, es cuestión de ponerse de acuerdo y respetar los límites. 

Importante

1.  Es asunto de dos

Cuando una pareja se divorcia y tiene hijos en común, es necesario que haya una buena comunicación entre los padres, de manera que la manera en la que sus vástagos sean criados sea concensuada por ambos y responda a lo que habían planeado.

Los valores

Es obligatorio para el padre o la madre a cargo que respete los valores, que antes del divorcio planearon inculcar en sus hijos, sobre todo si comparten parcialmente el tiempo con ellos, de ese modo evitarán malos entendidos y discusiones innecesarias. Valores tales como la honestidad, el respeto, la disciplina, la sinceridad, consideración, así como  el hábito del ahorro, creencias religiosas y relaciones interpersonales deben ser discutidos previamente por los padres, para educar con equilibrio.

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