Religiosidad popular en Juan Antonio Alix

Religiosidad popular en Juan Antonio Alix

El folklore literario dominicano hace ver su imagen cultural. Este ensayo estudia como unidad de análisis la poesía popular de Juan Antonio Alix. Este es objeto de una lectura antropológica de la historia que presenta su décima, que reformula la interacción de lo ideológico y lo social como argumento etnohistórico del pueblo.

El folklore sirve al estudio etnográfico de la cultura en el elaborar la noción de pueblo. Su uso y representación discursiva en la obra literaria podría ayudar como documentación en la observación cultural, lo mismo que sería una fuente múltiple en el estudio de mentalidad.

César Nicolás Penson (1855-1901), pionero en el estudio folklórico de lo dominicano, expuso un 7 de diciembre de 1887, en la edición N°.427, del periódico El Eco de la Opinión, la importancia de recopilar la poesía popular, el cuento, la adivinanza y el proverbio como fuente de la cuestión nacional. Su enfoque posee un corte filológico, presentando la inquietud de la época de agrupar todo el material folklórico que creaba el pueblo como parte de la cultura. El folklore estuvo limitado al conocimiento de la oralidad y la literatura, lo que efectivamente hacía de su objeto de estudio un pobre producto de investigación.

Esto no significa que la creación intelectual, de procedencia popular, sea necesariamente la definición de lo nacional. Una cultura puede conservar, en su diversidad cultural, un orden de composición y aceptación de lo folklórico en el marco de lo regional. El estudio de la cultura popular debe tener un nivel de interpretación que involucre lo material, lo espiritual y lo intelectual y, en última instancia, la relación entre la cultura y la sociedad, para entender todo aquello que le dio origen a su memoria cultural.

Dicho dualismo está presente en lo popular, cuya esencia creativa tiene su inicio en la misma sociedad, sometiéndose a una simple circularidad, la representación masiva que ha poseído siempre el folklore en la transmisión de un conocimiento indirecto que casi siempre va orientado a provocar todo un cambio en lo establecido; siendo la oralidad cultural un activo instrumento de ese fenómeno. Su creatividad posee como canal de difusión el cuento, la poesía, el refrán, el carnaval y la fiesta, que son un soporte de la historia.

Juan Antonio Alix, nació en la provincia de Moca el 6 de septiembre de 1833 y falleció en Santiago el 15 de febrero de 1918. Su infancia y adultez transcurrió en esta última ciudad. Hijo de Félix Alix y María Magdalena Rodríguez. Una aguda y fecunda creatividad literaria que poseía lo lleva a cultivar la décima, forma poética que le ofrecería el sustento económico a la familia al venderla públicamente en el mercado.

El poeta popular encontró en la décima una canal de expresión, el cual le sirvió de vía de difusión a la colectividad en que le tocó vivir. Su actualidad informativa y satírica fijó la costumbre y el comportamiento. El uso del habla campesina, en su variante dialectal cibaeña, representa al campesino dominicano, pero empleaba también el habla culta como vehículo de expresión literaria.

Una décima crea en la poesía de lengua española una formación métrica, composición que  está organizada de forma decimal, siendo la estrofa su patrón de medida, en la cual hay un esquema de versificación que agrupa en un verso octosílabo repetido de rima consonante abbaaccddc, la estructura cerrada que responde a la métrica.

El decimero popular p odría servir como dato etnográfico en el estudio de la cultura dominicana. Un código cultural, que descifrado revelaría el modelo inconsciente de cultura que existe en la literatura. Todo mensaje y actuación social que emite un escritor en su creación literaria lo convierte en un emisor de ideología, al igual que en un agente interpretativo de la cultura. De ahí que cualquier forma métrica, como la copla, la décima, el estribillo y la cuarteta sea en el Caribe hispano una herramienta de investigación sobre la discursiva social y cultural de la población.

El campesino dominicano, principalmente el cibaeño, le llama a la décima media tuna, deseando designar de esa forma la composición poética que es a la que está acostumbrado recitar.

El poblador rural dominicano forma un sector social que tiene su origen en la época colonial. El sistema económico que implantó la sociedad europea en la región definió la mentalidad sociocultural que tendrá el campesinado decimonónico. Dicho conglomerado social funcionó bajo un régimen agrario que dividió la composición social vigente. Ese sistema de plantación causa la separación étnica y racial de la población en la que se veía al blanco diferente del negro y mulato.

El campesino dominicano aparece al forjarse la abolición de la esclavitud y la primera reforma de la tenencia de la tierra en el siglo XIX. Su pobreza social y económica ha sido erróneamente interpretada como un acto de holgazanería, falto de espíritu emprendedor y crítico. El pensamiento social dominicano está lleno de un elemento crítico en contra de su comportamiento, así lo concibe Pedro Francisco Bonó, José Ramón López, Juan Antonio Alix, etc., este último lo acusa de ser alcohólico, haragán y vicioso.

Una definición antropológica al fenómeno de atraso social en que vivía nuestro campesino podría encontrarse en su cosmovisión religiosa. Su percepción de lo mágico-religioso está sostenida en la catolicidad como orientación religiosa oficial, pero alternando esto en su creencia en una idea mesiánica y en la eficacia de su ritualidad.

El fenómeno de la religiosidad popular, principalmente de origen africano, debe de observarse en su formación no sólo teniendo como referente nuestro trabajo de campo en el área antropológica, sino también en la literatura una fuente etnográfica de un extraordinario valor cultural.

El dominicano disfruta de una múltiple historia religiosa, en la que confluye en forma de un sincretismo cultural para darle origen a lo sagrado y lo profano en la sociedad dominicana. El fervor religioso español y africano, se manifieste en su diversa condición espiritual.

El aporte negro supone la integración de la litúrgica africana en la cultura caribeña y latinoamericana. Situación esta que ocurrió al prohibírsele al negro expresar públicamente su creencia religiosa, quien adopto en la cromolitografía católica, la imagen de devoción del santo católico la identidad de la deidad conocida en su cultura de origen.

Una demostración de cómo la literatura puede establecerse en fuente etnográfica está en la poesía de Juan Antonio Alix.

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