La Haya. EFE. Entre 10,000 y 20,000 menores holandeses fueron víctimas desde 1945 de abusos sexuales por parte de religiosos católicos, una práctica que era conocida por una jerarquía eclesiástica cuya mayor preocupación era evitar el escándalo.
Esta es la principal conclusión presentada ayer por la comisión independiente dirigida por el exministro Wim Deetman, cuyo equipo ha investigado desde agosto de 2010 los abusos a menores en el seno de la Iglesia católica.
Tras identificar a 800 presuntos autores -105 de los cuales siguen vivos- la comisión concluyó que los abusos, que tuvieron lugar en instancias como orfelinatos, seminarios e internados, iban desde el puro contacto físico hasta penetraciones, de las que estimó se produjeron unas 1,000″. Sin ocultar su conmoción por estas conclusiones, Deetman indicó en rueda de prensa que el riesgo de sufrir abusos sexuales era dos veces mayor en internados que en otras instancias educativas. Pero también fuera de los círculos religiosos los menores padecían abusos, ya que uno de cada 10 holandeses de 40 o más años ha sido víctima de este tipo de prácticas antes de cumplir 18 años y por parte de una persona ajena a la familia, según la comisión.
Aunque los porcentajes parezcan bajos, hablamos de cifras absolutas de gran alcance, remarcó Deetman, que calificó las revelaciones del informe de tristes y frustrantes».
Aunque la comisión ha investigado casos de abusos desde 1945 hasta 2010, la cifra absoluta indicada se corresponde al período comprendido entre 1945 y 1981, ya que era entre esos años cuando más predominaba ese tipo de centros religiosos.
El representante de las víctimas, Guido Klavers, declaró a los medios que los datos son desconcertantes para todo el mundo y las conclusiones son más impactantes de lo que se esperaba». El tiempo de solamente hablar se ha acabado, ahora hay que concentrarse en la recuperación de las vidas de las víctimas, afirmó.
Disculpas
Tras pedir disculpas por los abusos y mostrar su arrepentimiento, el arzobispo de Utrecht, Wim Eijk, reconoció en rueda de prensa que las cifras son estremecedoras y la Conferencia Episcopal siente vergüenza por que haya sucedido ese tipo de prácticas. El informe publicado ayer supone un golpe para la Iglesia católica holandesa porque constata que esa institución se ha regido en las últimas décadas por la ley del silencio respecto a los casos de abusos a menores, a pesar de que tenía conocimiento de los mismos. Además, cuando la información sobre los abusos llegaba a oídos de superiores, la medida generalizada era el traslado, añade.