“Reloj no marques las horas, porque voy a enloquecer; ella se irá para siempre, cuando amanezca otra vez”. Con esta canción del mexicano Armando Manzanero, empezamos esta historia sobre el inicio de los trabajos de restauración del reloj floral del Jardín Botánico Nacional.
Este atractivo turístico natural, que contrario a lo que reza la canción, si volverá a marcar las horas, dejó de funcionar desde el trágico paso del huracán George, hace viente años.
El anunció de los trabajos de restauración, cuya inversión asciende a dos millones de pesos, fue hecho por el director del parque Botánico, Ricardo García, junto a Rubén Acevedo, vicepresidente ejecutivo de Pinturas Popular, empresa que patrocinará la reconstrucción de la obra, la cual es parte de los atractivos con que cuenta ese pulmón natural de la Capital dominicana.
El acto del primer picazo de restauración estuvo a cargo de Ricardo García y Rubén Acevedo, quienes informaron que el mismo estará funcionando en unos tres meses para el disfrute de todos los visitantes al Jardín Botánico.
Al dar las explicaciones respecto de la obra, el director del Botánico dijo que: “este reloj que ha impactado por años a los visitantes, es una referencia de la institución; cada vez que una persona ve su imagen la asocia inmediatamente al Jardín. Agradecemos el aporte de la empresa Pinturas Popular, la cual ha venido propiciando durante los últimos años nuestro bienestar”.
Asimismo, Rubén Acevedo expresó sentirse gratificado, al igual que todo su equipo, en apoyar proyectos como éste, fortaleciendo así la unión estratégica de la empresa que representa y al Jardín Botánico.
“Una vez más respaldamos al Jardín con la realización de esta obra, ya que consideramos es un patrimonio del país y el principal pulmón del Distrito Nacional”, dijo el ejecutivo.
El reloj, inaugurado por primera vez en 1976, ha sido referencia durante décadas de nacionales y extranjeros que visitan ese parque tan visitado. La empresa que se encargará de la restauración es Innovaciones Tecnológicas Dominicana (Intedom), representada por el ingeniero Anthony Paulino, especialista en control numérico, robótica, y mecatrónica.
Esta firma es la encargada de volver a poner a funcionar el sistema de este emblemático reloj de dos agujas, colocándole un nuevo sistema de control que permita brindar precisión en la hora para todos los usuarios del Jardín Botánico Nacional.
En tanto que la parte visual de dicho reloj estará a cargo del artista Julio Valentín, quien es un destacado pintor, dibujante, grabador, escultor, ceramista e instalador.
Características del reloj. Tiene una altura máxima de 3.5 metros y unos 20 metros de diámetro. Es uno de los relojes más grandes de Latinoamérica, con unas agujas de 7 y 5 metros de longitud. Fue diseñado para la exhibición de plantas acuáticas, así como diferentes especies de arbustos y herbáceas. Su construcción correspondió al relojero italiano, Giovanni Abramo. Según los ejecutivos del Parque Botánico y de las firmas encargadas de la restauración, luego del huracán Georges se habían hecho varios arreglos para que volviera a marcar las horas pero no había sido posible.