SAO PAULO. AFP.   Activistas ambientales instalaban ayer, sábado, en cinco ciudades brasileñas, relojes gigantes que llevan la cuenta regresiva para la reunión sobre el cambio climático en Copenhague.

Los relojes se instalarán en Sao Paulo, Río de Janeiro, Manaos, Porto Alegre y Salvador, y se acompañarán con manifestaciones en Brasilia, Belo Horizonte y Recife para «despertar» a los gobernantes sobre la importancia del tema, informó la organización Greepeace.

«La sociedad no puede asumir un papel pasivo y apenas acompañar las negociaciones sobre el clima de lejos», afirmó el coordinador de la campaña, Joao Talocchi, en el sitio electrónico de la organización.

«Todo el mundo está invitado a participar. Sólo hay que traer un silbato, una olla, un tambor, cualquier cosa que pueda ayudar a despertar», agregó.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebrará en diciembre, en Copenhague,  la décimo quinta Convención del Clima, destinada a cerrar un acuerdo de compromiso contra el cambio climático que sustituirá al polémico protocolo de Kyoto.

Este protocolo propone la reducción de los gases de efecto invernadero.

Brasil es el cuarto mayor emisor de gases de efecto invernadero del planeta, y 75% de sus emisiones procede de la deforestación. Al devastarse el manto vegetal, se reduce la fijación de CO2 que por ende permanece en la atmósfera.