Remedios comestibles

Remedios comestibles

Resfriados, catarros, tos, gripe. Cuando cambia la temperatura, llegan los gérmenes e infecciones. Para fortalecer las defensas naturales, depurar el organismo y reforzar la salud, conviene aprovechar una serie de “remedios comestibles”.

Las investigaciones demuestran que el consumo de vitamina C, no sólo contribuye a reducir los síntomas de los resfriados y su duración, sino que además ayuda a prevenirlo. Consumir esta sustancia es aconsejable todo el año, y no hay que descuidarlo en la temporada fría.

[b]Cómo reforzar la vitamina C[/b]

Esta vitamina reduce el nivel en la sangre de la histamina, una sustancia que puede ocasionar inflamación de los tejidos y mucosidad nasal. Además refuerza las defensas naturales del organismo frente a los gérmenes. Algunos expertos creen que el efecto reforzador de la inmunidad de la vitamina C también beneficia a las personas con gripe.

Distintos estudios indican que tomar dosis de un gramo o más de Vitamina C, varias veces al día, al inicio de los primeros síntomas del resfriado, puede detener su progreso o reducir su gravedad, pero este efecto aún se discute y las dosis superiores a 1.200 miligramos pueden producir diarrea.

Lo más aconsejable es reforzar la inmunidad frente a los virus y bacterias, aumentando su presencia en la dieta y bebiendo abundantes zumos de las frutas que más la contienen.

Los alimentos más ricos en vitamina C son las naranjas y otros cítricos, así como las fresas, arándanos, frambuesas, el pimiento verde, el perejil, la col de Bruselas, el brécol, la col, el melón y el tomate. También está presente en los espárragos, guisantes, patatas, la piña, el maíz y el plátano.

[b]Cinc, enemigo de las infecciones[/b]

Un sistema inmunitario vigilante que funcione bien, depende de que se le aporte la cantidad adecuada de cinc cada día; incluso una deficiencia moderada de este mineral reduce las defensas ante las infecciones y enfermedades. Atienda su dieta para asegurarse de que consume las dosis adecuadas.

Igual que con la vitamina C, algunos expertos recomiendan tomar megadosis de cinc, desde que ataca un resfriado hasta que desaparezca su último síntoma, para reducir la duración y gravedad de la dolencia.

Pero otros estudios indican que las dosis de 25 miligramos, como las que se recomienda tomar 8 veces al día para “cortar” el catarro, pueden menguar las defensas si se toman durante 6 meses y además los suplementos suelen causar molestias gástricas. Lo mejor es obtener el cinc a través de la alimentación.

Aunque en general se obtiene suficiente cinc con la comida, las personas vegetarianas, que siguen dietas bajas en calorías o efectúan una actividad física intensa, pueden sufrir deficiencias de este mineral. Para fortalecer las defensas mantenga un consumo regular y variado de alimentos ricos en cinc: hígado, ostras, mariscos, carne de vaca, cerdo, cordero y ave, leche, yema de huevo, pan y cereales integrales y germen de trigo.

[b]Proteínas, en cantidad y calidad[/b]

Los proteicos son los compuestos orgánicos más importantes del cuerpo, ya que son imprescindibles para las funciones vitales, forman el armazón de los tejidos, garantizan el mantenimiento y reparación celular y son una pieza clave del sistema inmunológico.

Desde los cartílagos, músculos y huesos, hasta las hormonas y enzimas digestivas, todos son proteínas, imprescindibles para que el cuerpo produzca los anticuerpos que combaten las infecciones.

La mayoría de los occidentales consumen más proteínas de las necesarias, por lo que no suele hacer falta aumentarlas. Pero es aconsejable redistribuir su ingestión para llegar a los niveles recomendados: 40 por ciento de proteínas de alto valor biológico de origen animal, y 60 por ciento de fuentes vegetales ricas en compuestos antioxidantes y protectores, vitaminas y minerales. Paralelamente, conviene recortar las procedentes de las carnes rojas, repletas de las perjudiciales grasas saturadas.

Las fuentes proteicas animales más saludables son el pescado, el huevo, la leche y sus derivados. Entre las vegetales destacan los cereales, legumbres, frutos secos y la soja: la única que contiene todos los aminoácidos esenciales. Si come al mismo tiempo legumbres, cereales y tubérculos, obtiene un valor proteico equivalente al de la carne, porque sus proteínas se complementan.

[b]Aproveche las grasas saludables[/b]

Los expertos aconsejan reducir el consumo de alimentos fritos: contienen ácidos grasos “trans” y aceites hidrogenados que pueden interferir en el buen funcionamiento de las células inmunes y los glóbulos blancos; las grasas producen la membrana que reviste las células, y si son nocivas la alteran.

Aunque sin excederse, porque todas las grasas engordan, hay que asegurarse de incluir en la dieta pescado azul (salmón, atún, sardina, anchoa, trucha, pez espada) y más aceite de oliva o de linaza, y menos de girasol o maíz.

Estos alimentos, igual que los frutos secos, los aguacates, las legumbres y las verduras de hoja verde, contienen ácidos omega 3 y otras saludables grasas mono y poliinsaturadas, que pueden mejorar el funcionamiento de las células inmunes mejorando sus membranas y permitiendo que detecten mejor los gérmenes.

[b]Monodietas[/b]

Las dietas basadas en el consumo de un solo alimento de temporada y la exclusión de las demás comidas, para que el trabajo digestivo se simplifique y el cuerpo asimile las sustancias nutritivas más rápido, ayudan a eliminar las toxinas acumuladas.

Una de las más aconsejables es la cura de uva. Las vitaminas, minerales, compuestos antioxidantes y fibra de esta fruta de estación la dotan de cualidades desinfectantes, diuréticas, remineralizantes, laxantes y depurativas, que en conjunto elevan la inmunidad y la fortaleza orgánica y ayudan a eliminar las sustancias nocivas.

La cura consiste en tomar durante 3 días hasta 4 libras diarias de uvas de distintas clases, repartidas en pequeñas tomas cada 2 o 3 horas, acompañadas de 1 2 vasos de agua antes del desayuno y 2 litros de agua, a lo largo de la jornada. Esta cura se desaconseja para personas con diabetes, úlcera gástrica o tendencia a la colitis y cálculos renales.

La manzana es otro alimento ideal para eliminar toxinas y líquidos retenidos, y de paso adelgazar algunas libras, regular el intestino y purificar la piel. La monodieta debe durar 3 días consecutivos o un día a la semana durante un mes y consiste en comer sólo manzanas de distintas variedades (hasta un máximo de 6 libras en 24 horas) repartidas en 6 raciones a lo largo del día. Efe Reportajes

[b]Los que nunca deben faltar[/b]

Además de una alimentación rica en vitamina C, cinc, y grasas saludables, y de las monodietas, los expertos recomiendan una serie de alimentos:

– Yogur. Como mínimo 2 o 3 veces a la semana tome un yogur con cultivos activos: sus bacterias colonizan el intestino e impiden que lo invadan los microorganismos perjudiciales.

– Soja. Tanto la judía de esta saludable legumbre oriental, como sus productos derivados (tofu, tempe, harina, leche) contienen una de las proteínas más nutritivas y completas que existen.

– Ajo. Este bulbo tiene una larga tradición en la lucha contra los catarros, al fortalecer el sistema inmunitario, y protegernos contra el virus gripal al estimular la producción de anticuerpos.

– Sopa de pollo. Hace 800 años el médico egipcio Maimónides ya recomendaba este caldo, que estimula el goteo nasal y reduce el tiempo que los virus del resfriado pasan dentro de la nariz.

– Picantes. Las comidas picantes, como las aderezadas con guindilla, curry y chile, hacen más fluida la mucosidad, lo que ayuda a descongestionar la nariz y aumentar la expectoración.

– Cebolla. Comer abundante cantidad de esta verdura cruda o cocinada y usada como descongestionante en los herbolarios, ayuda a aliviar los síntomas del resfriado y eleva la inmunidad.

– Té verde. Usado en la medicina china para reforzar la inmunidad y como tónico general, ha combatido el virus gripal en pruebas de laboratorio y en Asia se emplea para aliviar la fiebre.

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