Difícilmente exista una planta que no se haya empleado alguna vez con la esperanza de que sirva para combatir el catarro corriente: raíz de gengibre, ajo, mirra, menta, todo lo que aparece en el diccionario, incluyendo las que relacionamos abajo. Se dice que algunas evitan la gripe; otras, que alivian los síntomas, como nariz tupida, dolor de garganta, o dolores en el cuerpo. Les presentamos algunos remedios populares (no todos son hierbas) y su calificación médica.

Unas palabras para los avispados: 
El que las hierbas y los minerales sean «naturales», no significa que sean seguros, y solo porque se hayan utilizado durante siglos no quiere decir que funcionen. Si usted tiene gripe, mejor es una sopa de pollo, muchos líquidos, y calmantes comerciales para los dolores y malestares. Además de un par de días en cama. Olvide las hierbas. Y no tome antibióticos por un catarro o gripe, porque estos no pueden hacer nada frente a los virus. Y en lo que respecta a la gripe, lo mejor es tratar de no pescarla. Mejor sería vacunarse.

Astrágalo (Astragalus membranaceus): Esta hierba china, una especie de guisante, se promueve como un fortalecedor del sistema inmunológico. En estudios de laboratorio muestra algunas propiedades antioxidantes y alguna otra actividad promisoria. Pero no hay pruebas suficientes hasta ahora para evaluar su efectividad y seguridad.

Equinacea (Echinacea angustifolia): Existen nueve especies de esta margarita en América del Norte, y tres especies están aprobadas para ser utilizadas en Alemania y otros lugares de Europa para tratar el catarro común. Solo en Alemania se escribe más de un millón de prescripciones cada año. Algunos estudios han demostrado que esta hierba puede reducir los síntomas de una gripe. Pero hay una gran variación entre los productos del mercado, de que especie proviene, que parte de la planta se emplea, y otros factores que pueden marcar diferencias.  La mayor parte de los artículos sobre la equinácea no encuentran pruebas convincentes de que impida la gripe o mejore los síntomas. Probablemente no haya daño alguno en tratarse con este producto durante algunos días, a menos que usted tenga un historial de asma o alergias provocadas por el pólen. Las personas con enfermedades inmunológicas, o los que se están sometiendo a quimioterapia, deben evitarla.

Baya del saco (Sambucus): Las infusiones a partir de las frutas o flores de esta planta se han utilizado como medicamento durante siglos, y algunas personas dicen que le reduce los síntomas del resfriado. Tomado como una bebida caliente, con menta, puede inducir la sudoración. Pero las hojas y tallos de la planta adulta son venenosos, y también la corteza, las raíces y las bayas sin madurar. Puesto que no hay forma de saber qu usted está  comprando alguno de los preparados que se venden comercialmente, le aconsejamos que la deje pasar.

Goldenseal (Canadensis L. de Hydrastis): Adorada por los indios cheroquíes, esta planta de América del Norte está  considerada entre las más poderosas por los especialistas en hierbas, que dicen que tiene efectos antibióticos. Se piensa que reduce la inflamación y alivia las membranas mucosas. Pero ninguna buena investigación en humanos respalda estas afirmaciones. Si usted tiene alguna enfermedad cardíaca o alta presión arterial, esta planta no es buena para usted; puede interferir con los medicamentos anticoagulantes y ani-hipertensivos. El uso clínico puede reducir la absorción de vitamina B y ocasionar desórdenes digestivos. Los riesgos superan cualquier beneficio potencial. 

Vitamina C: Todavía no existen buenas pruebas de que grandes (o pequeñas) dósis de vitamina C puedan hacer algo para evitar una gripe, o disminuir sus síntomas de manera significativa. Unos pocos estudios han encontrado que grandes dósis pueden reducir ligeramente la duración de un catarro, posiblemente en medio día, pero eso es llevar las cosas al extremo. La mayoría de los estudios ni siquiera encuentra este beneficio mínimo. Y grandes dósis de vitamina C pueden causar diarrea. 

Zinc: Este es un nutriente importante para mantener la inmunidad. En pruebas de laboratorio, el zinc ha demostrado interferir con la réplica de los virus de la gripe. Pero las pruebas de que el zinc se comporta de esa forma no es concluyente. Usted puede encontrar el zinc en muchas formas, gluconato de zinc, o acetato de zinc en pastillas, «sprays» y geles nasales. Demasiado zinc puede realmente afectar la inmunidad, adem s de bajar el colesterol HDL (el bueno), causar náuseas y provocar deficiencia de cobre. El zinc puede interferir con la tetraciclina y otros antibióticos.  Las tabletas de zinc varían en fuerza y no hay evidencias consistentes de que funcionan; pero los nebulizadores o los geles nasales posiblemente podrían reducir los síntomas si los usa a la primera señal de un resfriado.