Remodelación trastorna vida del hospital Moscoso Puello

Remodelación trastorna vida  del hospital Moscoso Puello

El proceso de remodelación, construcción y ampliación al que ha sido sometido el hospital Francisco Moscoso Puello ha trastornado los servicios y la atención a los pacientes en los últimos días.
Cientos de personas aglomeradas cada día buscan servicios, pero el polvo y el hacinamiento complican el normal desarrollo y hace que la gente use pañuelos o mascarillas.
Ayer, obreros y trabajadores removían escombros, colocaban cemento, blocks y picaban el piso, lo que hacía imposible permanecer allí.
Al respecto, los directivos del hospital reconocen la difícil situación que enfrentan, pero ven que constituye una oportunidad para capacitarse en medio de la crisis.
A la intervención del centro hay que sumar la sobrepoblación de pacientes, debido a que está cerrado el hospital Luis Eduardo Aybar. Este es el único tradicional que presta servicios generales en el Distrito Nacional.
El personal trabajaba ayer en medio del caos que implica una remodelación con pacientes, médicos y empleados del área administrativa que circulaban.
Asimismo, los pacientes estaban envueltos en la polvareda que levanta el uso de cemento y los obreros levantaban cerámicas y otras piezas.
El doctor Francisco Torres, director, asegura que esta semana los trabajos fueron intensificaron, debido a que hacen la conexión de los servicios de consulta externa con la nueva área de internamiento.
Trabajadores colocaban ductos para acondicionadores, otros pegaban cemento, mientras algunos hacían mezclas o picaban el piso.
La gente cubría su rostro con pañuelos o tapaba su nariz con cualquier papel para evitar inhalar el aire enrarecido.
Este centro atiende a 350 pacientes por emergencia cada día y a 2,500 personas entre consultas y otros procedimientos, aseguran sus autoridades.
Valoran, sin embargo, que en medio de tantas dificultades el personal siga el trabajo con entusiasmo y de lo mejor de sí.
Se trata, a su juicio, de una remodelación que ha puesto a prueba la capacidad de trabajo del personal de salud y administrativo.
Esta empleomanía ha tenido que aprender a mudarse a un área diferente cada día, lo propio ocurre con los pacientes, que han visto movilizar las espacios de consulta, emergencia, los laboratorios y procedimientos y deben ir a un lugar distinto cada vez.

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