¿Quien habría pensado que los Dallas Mavericks comenzarían la temporada de la NBA con récord de 0-4, los Phoenix Suns con marca de 1-4 y los Denver Nuggets con 1-3?

Pero, si doloroso es caer, más honroso es levantarse y eso es precisamente lo que han hecho estos tres quintetos en las últimas tres semanas para posicionarse nuevamente entre la élite de la liga y, a la vez, silenciar a sus críticos.

Por un lado están los Mavericks (12-4), quienes han ganado 12 partidos en línea en parte gracias a una mayor producción ofensiva de Jerry Stackhouse, así como una mayor aportación en rebotes y en defensa del centro Erick Dampier.

Lo anterior se suma a una mejor toma de decisiones en el sistema ofensivo que redunda en mayor cantidad de asistencias y menos bolas perdidas. Esto sin contar con el hecho de que el itinerario no ha sido muy fuerte que digamos a excepción del triunfo 95-92 sobre los Spurs de San Antonio.

Por otro lado, los Suns (9-6) han recibido con beneplácito a un saludable Raja Bell de regreso a la alineacíon (promedia 16.9 puntos y tira 48.7 por ciento en triples), lo que le ha quitado presión ofensiva al armador Steve Nash y le ha provisto otra arma en el ataque a Phoenix, que ha ganado ocho de sus últimos nueve desafíos.

En el caso de los Nuggets (10-5), la mejoría del escolta J.R. Smith (16.9 puntos), la consistencia de Carmelo Anthony (32.2 puntos) y el trabajo sucio del ahora inicialista Eduardo Nájera han ayudado a Denver a ganar ocho de sus últimos 10 partidos.