RENÉ ALFONSO “Tercera de ilusiones”

RENÉ ALFONSO “Tercera de ilusiones”

La arquitectura es un arte al servicio de necesidades. Cuando se desespera, se satura o le agobian cálculos y presupuestos, René Alfonso González enrumba hacia la derecha de su gran mesa de trabajo, donde está su pequeño atelier, y pinta. Ahí acaba de producir su “Tercera de ilusiones” que se exhibe en la Casa de Tostado con auspicios del Ministerio de Cultura y el Museo de la Familia Dominicana.

Estos  veintiún  cuadros son para el polifacético artista una evolución  en cuanto a lo que  expresa. La principal novedad técnica es haberlos realizado sobre tela.

Antes dibujaba sobre papel y con lo que apareciera: óleo-pastel, lápices y set de colores, acrílica, óleo,  tintas especiales de dibujo, cintas adhesivas multicolores… “Ahora hay un diálogo del pintor con el lienzo, que es como un elemento humano, la tela tiene vida, la puedes pulsar, tensar, y a veces me pregunto: ¿Qué es lo que quiere este cuadro? La pintura es un drama de búsqueda y el cuadro es el que dice cuando está listo”, comenta.

René es además comunicador social, locutor, productor de radio y televisión, viejo militante de izquierda que ahora es Supernumerario del Opus Dei y devoto Mariano.

Después de pertenecer al 14 de Junio, ser miembro de Fragua y dirigente de la Unión de Estudiantes Revolucionarios –UER- en el liceo Juan Pablo Duarte, es un seguidor de José María Escrivá de Balaguer, de quien obsequia una estampa con oración para pedir gracias. El espacio de trabajo lo adornan esculturas y pinturas de la Virgen en variadas advocaciones, imágenes de santos, la Santa Cena, crucifijos grandes y pequeños y la representación de la Divina Misericordia de Sor Faustina.

“No sé si soy católico, lo que soy es mariano”, responde al cuestionarle sobre sus íconos. “Crecí en el colegio Don Bosco, soy salesiano”, agrega, relatando el respeto que don Reynaldo, su padre fallecido de una enfermedad catastrófica cuando René contaba 17 años, sentía por la Mercedes.

Además, añade, es hijo único “y me hacía mucha gracia el que Jesucristo fuera hijo único”.

El artista. Nació en Santo Domingo, zurdo, y su madre, Eva González de Alfonso, le enseñó a escribir con la derecha “a fuerza de tablazos. La mano izquierda es la del corazón, es la que más dice, realmente. Yo me dejo llevar con la zurda pero la que manda es la derecha”, afirma.

Cuando inició sus estudios de arquitectura le tocó como profesor de dibujo artístico  Domingo Liz, que le enseñó a dibujar y a comprender la importancia de la vocación, la búsqueda de perfeccionamiento, la resistencia ante el sufrimiento. “No importa lo que sufras, esto es sufrir”, le predicaba.

Un día el maestro se asombró de un excelente trabajo del alumno y “hasta yo mismo me descubrí cuando me dijo que tenía talento para la pintura”, aunque ya Alfonso pintaba desde niño.

Luego llegaron a su vida Ada Balcácer, que le inculcó no tener miedo a la libertad en el momento de la creación, y Alberto Ulloa, “mi último gran profesor. Aprendí de él viéndole y luego siguiendo su obra”, significa.

Sus viajes por Florencia, Roma, Italia, estudiando restauración de monumentos, le permitieron retornar al país “preñado de tanta belleza” y convencido de que tenía “algo que decir como pintor”. Así nació su primera individual, “Garabatos”, básicamente de dibujos. Luego vino la “Segunda de ilusiones”.

Esta “Tercera de ilusiones”, que cerrará el 2012, ofrece “el maravilloso espectáculo de un universo abstracto”, al decir de Arnulfo Soto. Todos esos colores que “estallan frente a la mirada del espectador” estarán exhibiéndose hasta enero.

En pintura moderna, “cada vez que observas un cuadro que no sea un retrato, tú pincelas tu ilusión”, expresa René, aunque ya sus producciones tienen nombres: “Mirar, mirarte, mirarnos”; “Entablar entre todos el relato”, “Para volver a ser felices”, “Las caricias robadas al sobresalto”, “Los juegos inocentes del cariño”, “Las cartas que hay que incendiar”, “Y ahora aquí, de nuevo el ayer”, “De las paredes y los árboles que se fueron”, “Que toda la música resulte poca”, “Convertir nuestra isla en barco”, “Apresuradas, solícitas y dulces”, “De los amigos, las aves y los cantos”…

Para él, a pesar de todo lo logrado, apenas está comenzando. Es el padre de Mónica, Pamela y Georgette, y tiene ya un primer nieto. Está casado con Rosa Natalia Rodríguez Pellerano, también arquitecta. Como poeta ha publicado “Espacio pagado”.

Esta producción ya inaugurada es un homenaje a Domingo Liz y Ada Balcácer, declara. “Es como si el hijo le dijera al papá y a la mamá: “¡Mátenme!”

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