¡ALEGRÍA! publicó ayer que Milagros Germán y René Brea han pasado del amor a los tribunales por el nombre de «Chévere Nights». Hoy queremos mostrar la carta de Brea.

Dice: «Estimado Reyes. Permíteme antes que nada saludarte con todo el cariño y afecto de siempre y felicitarte por el trabajo que realizas al frente de la sección de espectáculos de ese importante diario.

Conocedor de tu afán por la verdad y tu deseo de llevar a tus numerosos lectores las informaciones más acabadas, me motivan a escribirte estas líneas para realizar una serie de precisiones con respecto al artículo que escribieras el día de ayer sobre la señora Milagros Germán y quien suscribe.

Primero: Quiero dejar constancia de que no tengo espacio suficiente en esta misiva para expresar mi admiración, respeto y aprecio por la señora Germán, su trabajo profesional y su trayectoria en los medios, su fortaleza de carácter y su alegría de vivir, los cuales deben ser ejemplos para cualquiera que de una forma u otra haya tenido el privilegio de conocerla.

Segundo: Al día de hoy no hemos iniciado ninguna demanda o querella contra la señora Germán o su compañía, esto a pesar de los derechos que nos asisten, por lo que considero que la fuente que te proveyó de esa información tiene como único fin encender un enfrentamiento personal entre la señora Germán y el suscrito. Por lo que podemos decir, sin lugar a dudas, que esa aseveración de que hemos iniciado acciones en contra de ella, es una falsedad maliciosa, de la cual te exoneramos de responsabilidad, conocedores de la buena fe que generó tu artículo.

Tercero: En lo que a nosotros concierne, las diferencias que pudiesen haber entre la señora Germán y un servidor son tan sólo de naturaleza comercial y/o profesional, pero nunca personal, por lo que no entendemos conveniente convertir las mismas en una polémica pública, ya que entendemos que esto es contrario a nuestra naturaleza, así como ajeno al estilo y forma de la señora Germán.

Cuarto: En el artículo en cuestión hay unas líneas en las que se me juzga, a mi entender sin conocimiento de causa, y en la cual se quiere establecer una valorización de los derechos que me asisten, lo cual entendemos que no es justo o válido, pero consecuente con el objeto de esta misiva, no voy en este momento a realizar una exposición de la justificación de los mismos, ya que como te indiqué, entiendo que los medios no son la tribuna adecuada para ello y además creo que lo más prudente en este momento es no iniciar polémicas fútiles, que tan sólo pueden dar material a los que intentan lesionar aún más unas relaciones que evidentemente no pasan por su mejor momento.

El ser figuras públicas nos obliga a entender que ciertas situaciones llegan a conocimiento de los terceros por la vía de ustedes, la prensa, y es sin duda, su legítimo derecho. Ahora bien, no creo pertinente que en estos momentos se juegue a la desinformación, y reiteramos que no lo digo por ti, sino por «la fuente». Tampoco entiendo que en estos momentos lo que ha sido la vida privada de dos personas se esté ventilando como elemento probatorio o de calidad frente a una situación como la que plantea el artículo, la cual es eminentemente jurídica y como mucho, en un futuro, tan sólo podría ser competencia de nuestro sistema jurisdiccional en sus diferentes instancias.

En otro aspecto y ya para finalizar, que no hemos hecho nada ilegítimo. Quiero decirte que la tranquilidad del espíritu proviene de lo correcto de tus acciones frente a los demás. Y tengo la obligación de tener siempre esa tranquilidad, ya que es la única forma que tengo de poder ver mi reflejo en los ojos de mi hija.

Gracias por la atención prestada, se despide un amigo tuyo, Rene Brea».