Renuncia Shevardnadze, elecciones en 45 días

Renuncia Shevardnadze, elecciones en 45 días

TBILISI (ANSA). El presidente georgiano, Eduard Shevardnadze, anunció ayer su renuncia al cargo y abandonó el país, consagrando el triunfo de la «revolución de terciopelo» prometida por la oposición, que anunció elecciones en 45 días.

Su puesto quedó a cargo de la presidenta del Parlamento, Ninó Burdzhanazde, una abogada de 39 años especialista en Derecho Internacional, que desde hace tiempo denunciaba sistemáticamente corrupción en el gobierno de Tbilisi.

La corrupción y la crisis económica del país fueron el sustento para manifestaciones opositoras que se prolongaron semanas después de que se denunciaron irregularidades en el escrutinio de las elecciones legislativas del 2 de noviembre.

La partida del ex presidente en un avión tri reactor Yak 40, anunciada primero por la agencia rusa Ria Novosti, fue confirmada por Burdzhanazde: «Me dijeron que dejó el país, pero no sé dónde está», declaró la presidenta.

Pocos antes las autoridades alemanas habían dicho que Shevardnadze quien había asegurado que se quedaría en Tbilisi sería bien recibido en ese país.

Entretanto, uno de los dirigentes de la oposición, Zurab Zhvania, declaró que se debe llamar a elecciones presidenciales en 45 días.

«No es una cuestión que me concierne», había respondido hoy Shevardnadze cuando se le preguntó la opinión sobre el próximo presidente, quien declaró que su renuncia fue decidida en parte también para evitarle al país una ola de violencia.

«Vi que se iba hacia un baño de sangre dijo el presidente georgiano, citado por el canal privado Rustavi 2 y por lo tanto era mejor dejar el país para evitar un derramamiento de sangre».

La decisión fue tomada al cabo de negociaciones con los principales dirigentes de la oposición, Zhvania y Mijail Saakashvili, y con el ministro de Exteriores ruso, Igor Ivanov, cuya mediación probablemente resultó decisiva para esta salida.

Ivanov fue enviado a Georgia por el presidente ruso Vladimir Putin, el sábado por la noche, cuando ya era claro que la situación se encaminaba hacia una crisis irreversible.

El propio Shevardnadze comentó comentar el tenor del diálogo con los opositores: «No firmamos nada, no era necesario, fue una conversación entre hombres de confianza».

Entre las primeras declaraciones de Mijail Saakashvili estuvieron los llamados a la calma: «Ahora es importante que la policía de Georgia, junto con las fuerzas armadas dijo , así como la presidenta a cargo, preserven la estabilidad y la calma en el país».

Saakashvili lanzó un llamado también a los manifestantes, que desde hace tres semanas protestan contra el ex presidente y las irregularidades del 2 de noviembre, y que llegaron a ocupar el Parlamento el sábado, para que eviten desórdenes y remuevan las barricadas.

Las calles de la capital siguieron hoy invadidas por una multitud, que enarbolaba banderas nacionales y festejó la victoria de la oposición.

Saakashvili definió como «valiente» la decisión de Shevardnadze, que probablemente no tenía otra opción que tomar, frente a la firmeza de los dirigentes de la oposición y la presión de las manifestaciones populares.

El sábado intentó proclamar el estado de emergencia (que nunca entró en vigencia, pues requiere aprobación parlamentaria) y declaró que nunca se iría, acusando a los opositores de «golpe de Estado armado».

Pero hoy llegó la noticia, comunicada por la oposición, de que las tropas del Ministerio del Interior, la policía de la capital y prácticamente todos los ministros se habían pasado del otro lado.

Viéndose solo, el último ministro de Exteriores de la Unión Soviética se vio obligado a renunciar. La decisión comentó el ex presidente soviético Mijail Gorbachov fue «la correcta», para «salvar a Georgia de una fractura».

Gorbachov también expresó el deseo de que pronto se realicen en Georgia nuevas elecciones y el país encuentre una solución política a la crisis.

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