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POR DIÓGENES TEJADA
AEROPUERTO LAS AMERICAS.- Un grupo de noventa dominicanos llegó ayer repatriado desde los Estados Unidos, tras cumplir condenas por tráfico de drogas, asesinatos, robos, asaltos, falsificación de documentos y fraudes estatales.
El grupo arribó a la terminal de Las Américas a la 1:35 minutos de la tarde en un avión DC-9 fletado por las autoridades norteamericanas y recibido por funcionarios de Migración, oficiales de la DNCD, DNI, Policía Nacional y Seguridad Aeroportuaria -CESA-.
Los criollos fueron conducidos al Palacio de la Policía Nacional y luego a la sede central de la Dirección Nacional de Control de Drogas -DNCD-, organismo que procede a su depuración y entrega a sus familiares radicadas en distintos lugares del país.
Las autoridades de Migración dijeron que los noventa dominicanos cumplieron condenas oscilantes entre cuatro, seis y hasta nueve años de prisión, la mayoría de ellos en cárceles de la ciudad de Nueva York, donde está concentrada la mayor cantidad de criollos.
En esa urbe, además existen en prisión otros 5 mil 500 dominicanos que esperaban cumplir sus penas y su repatriación luego a la República Dominicana, de acuerdo a declaraciones de las propias autoridades consulares criollas. Se dijo que muchos de estos, tienen casi cumplida las condenas establecidas por los tribunales norteamericanos por la comisión de diferentes delitos, la mayoría de ellos tráfico de drogas, asesinatos, asaltos y robos a mano armada.
Además de Nueva York, también entre los dominicanos repatriados ayer tarde, algunos cumplieron sus condenas en cárceles de Boston, Los Angeles, California, Filadelfia, entre otros estados de los Estados Unidos, dijeron las autoridades dominicanas.
Con este grupo, suman 278 los ex-convictos dominicanos repatriados por las autoridades estadounidenses, un setenta y cinco por ciento de ellos que cumplieron condenas por tráfico de estupefacientes.
Se informó que dentro de dos semanas, otros ochenta criollos condenados por los distintos delitos, también vendrán repatriados, dentro de la política de Estados Unidos de descongestionar las cárceles de prisioneros latinoamericanos y caribeños.
