Bajo un brillante sol caribeño, aquella mañana de primavera, del 9 de febrero de 1966, frente al Palacio Nacional, fueron asesinados y heridos varios estudiantes por reclamar del Gobierno provisional que presidia Héctor García Godoy una respuesta positiva respeto a la solicitud de reconocimiento gubernamental del Movimiento Renovador Universitario (MRU).
El reconocimiento en cuestión implicaba la entrega de los fondos correspondientes a las asignaciones presupuestarias dejadas de entregar en los meses de vigencia del MRU, fraguado en el proceso revolucionario constitucionalista y patriótico de la Guerra de Abril de 1965.
Portando la Bandera Nacional y sus útiles de estudios (mochilas, lápices y cuadernos), los estudiantes conducidos por la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) y las asociaciones estudiantiles de los liceos públicos encabezadas por la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UER) y la Juventud Revolucionaria Social Cristiana (JRC) marcharon desde muy temprano de la mañana desde sus respectivos liceos rumbo al Palacio.